La creación de dinero de la nada por parte de instituciones privadas que no deben dar cuenta de sus acciones ante ninguna autoridad democrática se está revelando como el mayor problema que enfrentan en la actualidad las sociedades modernas. Se calcula que, como bien nos explica el economista Alejandro Nadal, el 95% del dinero existente ha sido puesto en circulación de esta forma. El dinero se genera “a demanda” bajo la aprobación exclusiva de una reducida élite de banqueros con un poder omnímodo. En la teoría económica que se nos impone ideológicamente esto no supone ningún problema ya que, según su fantasioso planteamiento, el dinero es un “agente neutral”, resultando irrelevante cual es la entidad concreta que lo crea. Además la “capacidad de carga” disponible del planeta para producir cantidades crecientes de bienes y servicios que den utilidad a ese dinero tampoco es una variable relevante como parámetro para el cálculo racional de una masa monetaria óptima. Cabría preguntarle a estos ideólogos que si realmente la creación del dinero-deuda es algo neutral e irrelevante… ¿por qué no poner ese inmenso poder en manos de entidades públicas regidas bajo un estricto control democrático y sobre comités científicos compuestos por físicos, biólogos, geólogos y otros científicos que puedan evaluar objetivamente la capacidad de carga del planeta para proveernos de objetos y bienes tangibles?. La respuesta es bien sencilla: La teoría es completamente falsa y ellos saben que, muy lejos de ser irrelevante, el poder para crear dinero de la nada es la brida que controla a todos los demás poderes existentes, incluyendo (por supuesto) al poder político hipotéticamente emanado de las urnas en un sistema parlamentarista liberal.
Una prueba evidente de la falsedad de la teoría de la “neutralidad del dinero y de los bancos” es la crisis sistémica actual. Los agentes privados, encargados de crear el dinero, decidieron conceder ingentes ayudas destinadas a engordar una economía exclusivamente especulativa. Flujo de dinero sin control para “inversiones inmobiliarias”, “acciones bursátiles” y “derivados financieros”. La creación de estas estratosféricas masas de préstamos destinados a bienes desacoplados de las necesidades reales de la población no fueron neutrales porque se volvieron contra los tesoros públicos que se vieron obligados a salir al rescate de esos agentes privados responsables de la puesta en circulación del dinero para evitar su colapso inminente. La realidad ha mostrado de manera evidente que la teoría económica neoclásica está construida sobre una enorme montaña de mentiras y que la banca privada, con su peligrosísismo y exclusivo privilegio de crear dinero de la nada sin control, tiene secuestrada a toda la sociedad y a sus supuestos representantes políticos. De ahí que algunos economistas pidan abiertamente la eliminación de la Banca Privada o que los tesoros públicos presten dinero directamente a las personas y a los pequeños productores, puenteando a los bancos privados cancerígenos. Como nos comentan en la web de economía «el blog salmon» no nos queda otra que. al menos, poner fin al dominio de la banca privada en la creación de dinero.
La exuberancia irracional es otra explicación falaz para justificar el desencadenamiento de la crisis. No hay nada de irracional en la forma de actuar de los grandes bancos privados e inversionistas financieros. Muy al contrario toda su forma de actuar se basa en un cálculo completamente racional orientado metódicamente a favorecer sus intereses elitistas y absolutamente minoritarios en detrimento de los de toda la sociedad en su conjunto y el bien común.
PD. Gracias a Marco Antonio Moreno por las numerosas referencias que sirven de base a esta entrada.