Este es un borrador de debate que Redes Crsitianas presenta a la sociedad sobre el tema «Laicidad»:
«Redes Cristianas desde su doble pertenencia a la comunidad cristiano-católica y a la sociedad civil apuesta decididamente por la independencia, respeto y colaboración entre ambas entidades y aboga por un Estado laico que supere el actual semiconfesionalismo encubierto y por una Iglesia solo inspirada por el Evangelio y no sometida a ningún tutelaje del Estado.
Consciente de que las actuales relaciones entre Iglesia/Estado en España, basadas en los Acuerdos del 1979, han sido el principal obstáculo a la separación entre ambas instituciones y que actualmente están generando un gran malestar entre amplios sectores tanto católicos como civiles, Redes Cristianas manifiesta claramente su postura e invita a sumarse a cuantas instituciones o personas quieran hacerlo:
1. Denunciamos los Acuerdos de 1979 del Estado español con la Santa Sede -en vigor desde hace casi 30 años- y no proponemos su renovación porque, nacidos en situación de privilegio confesional católico, están afectando hoy día a una sociedad religiosamente plural y ampliamente secularizada y son causa de muchos de los conflictos que afectan a la convivencia ciudadana. Y, en consecuencia, exigimos que las entidades dependientes de la Iglesia y demás confesiones religiosas se acojan al derecho civil que regula la vida asociativa en el Estado.
2. Apostamos por una laicidad plena que reconozca la autonomía de lo político y civil respecto a lo religioso y camine hacia la separación definitiva de la Iglesia y el Estado, reconociendo la igualdad de derechos y deberes, sin privilegios ni ventajas eclesiásticas, y garantizando las libertades fundamentales para todos y todas. Sólo la Iglesia será libre cuando esté clara y definitivamente desligada del Estado y se ponga decididamente al servicio de los pobres y excluidos de este mundo.
3. Abogamos por un “estatuto de laicidad”- consecuencia del necesario “pacto por la laicidad” entre la sociedad civil, la Iglesia y el Estado- que regule la presencia y las actuaciones de los poderes políticos en las iglesias y de las jerarquías religiosas en los actos políticos, suprimiendo los símbolos religiosos en el espacio público civil.
4. Exigimos el “funcionamiento democrático”, la participación de sus bases respectivas y la transparencia en todas las instituciones que coexisten en el mismo espacio social del Estado. Y denunciamos, consecuentemente, el clericalismo y la discriminación que, sobre la mujer, mantienen la Iglesia católica y el resto de las iglesias y confesiones.
5. Defendemos una “laicidad escolar” que posibilite la formación de la persona, el aprendizaje, la socialización y la enculturación sin proselitismos ni adoctrinamientos, y que responda a principios de igualdad, libertad y formación crítica para tod@s. Reconocemos el pluralismo religioso y cultural existente, y, en consecuencia, denunciamos la actual presencia de la religión confesional católica en el sistema educativo y en la escuela pública y concertada.
6. Apostamos por una sociedad secularizada y pluralista, organizada democráticamente desde la aconfesionalidad y desde una “laicidad inclusiva y abierta” a lo religioso, pero sin permitir interferencias confesionales en el espacio político ni privilegios que, desde los principios de justicia y equidad, causan agravios comparativos con el resto de las instituciones. Desde aquí denunciamos el actual sistema de financiación de la Iglesia católica por el Estado español.
7. Abogamos por mantener la autonomía de la ética en una sociedad laica en todos los ámbitos propios de una sociedad secular (en el tejido social, político, productivo, cultural, científico…), sin necesidad de acudir a motivaciones religiosas para legitimarla. Y, en consecuencia, denunciamos las presiones de la jerarquía católica para imponer su moral sobre la ética pública.
8. Defendemos la presencia de la religión en los medios de comunicación en función de su carácter de servicio público. Pero denunciamos a la Conferencia Episcopal Española por el intolerable abuso del derecho de la Libertad de Expresión que está haciendo la COPE. Nos avergüenza que nuestros obispos avalen esta cadena, portavoz en exclusiva de los sectores más reaccionarios de la derecha económica, política, social y eclesial, que utiliza de manera habitual el insulto, la burla, el sarcasmo y en ocasiones el comentario xenófobo como línea editorial. La COPE siembra odio. Exigimos a la CEE cambio de esta línea editorial y al Gobierno mayor firmeza en la garantía del respeto a los derechos de los ciudadanos.
Urgimos, finalmente, al actual gobierno del Estado, como detentor y representante de la soberanía que le otorgan l@s ciudadan@s, que asuma responsablemente el espíritu constitucional que exige la emancipación de todo confesionalismo religioso. Y exigimos a la jerarquía católica que, oyendo a las bases creyentes, se libere de toda ambición de poder y tome en serio aquella exigencia de Jesús: “Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”.
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