Esta tarde, en una asamblea cualquiera

Una asamblea cualquiera, en una ciudad cualquiera durante esta semana

Acabo de llegar de la asamblea de mi ciudad. El ambiente extraordinario, lleno de esperanza, de ilusión, de dignidad reconquistada. Mientras oía una tras otra las intervenciones de los ciudadan@s anónimos que iban tomando la palabra pensaba en Saramago. El pobre, desde el cielo, debía estar llorando de alegría al ver como el pueblo se despierta y toma las riendas de su destino, lo que él siempre esperó con tantísimo anhelo y que no llegó a contemplar. Nos decía el maestro portugués que el programa político de un partido auténticamente popular era muy simple y estaba escrito ya desde hacía décadas. Este programa se llamaba Declaración Universal de los Derechos Humanos: Derecho a Comer y Beber tres veces al día, Derecho a la Salud, Derecho a la Educación, Derecho a la Vivienda, Derecho a la Participación en las decisiones que afectan a todos. Nada más y nada menos. Toda la política local, nacional, internacional y mundial debe estar supeditada a ese programa. Mientras oía las intervenciones de los ciudadanos anónimos también me acordaba de uno de los mayores revolucionarios de la Historia, un tal Jesús de Nazaret, cuando firmemente se plantó ante los poderosos para decir: «En el templo no hay sitio para los mercaderes».

4 comentarios to “Esta tarde, en una asamblea cualquiera”

  1. Así debería ser. Me voy a la plaza de mi ciudad a continuar.
    Un saludo.

  2. Permiteme una corrección amigo Javier, ése al que recuerdas -luz de mis ojss- no invitó a los mercaderes a salir del templo -casa de su padre-, en su justa indigación, derribó los tenderetes con sus divinas manos y les echó con cajas destempladas.
    La analogía tampoco es muy precisa. Jesucristo -El Bueno- no estableció mínimos, antes bien, proclamó la igualdad entre todos los hombres, animándolos a compartir sus bienes y así vvian
    -compartiendo- los primeros cristianos.´El ejemplo de todo para todos .Quedó patente en la última cena.
    Con todos mis respetos al difunto y extraordinario escritor Saramago ya antes, con mayor sabiduría habia igualado el binomio
    -mímimo = a igual-. Si es que no le conocen, si conocerle es amarle. Cuando se le reconozca como lo que es y se acepte su doctrina – Iz a predicar mi doctrina y no os lleveis más que lo puesto, si teneis dos sandalis o dos túnicas dad una a vuesros hermanos los pobres- los políticos no tendran mas trabajo que administar los bienes comunes.Simepre vigilados que ya sabemos cono es la condición humana.
    Jesucristo sgue llorando desde que nació con los que sufren, con los que pasan enfermedad, con los que pasan ambre…
    ¿Como se puede ser mal vasallo de tan buen Señor?

  3. Tomo nota y retoco.

    Salud, alegría y rebelión.

  4. Gracias Javier, rectificar es de sabios dicen y yo añadiría que es propio de aquellos gigantes que respetan y valoran las opiniones del resto, aunque estos sean pequeños mentales..
    Aprovecho para aclarar que: Las prisas no son nunca buenas consejeras. Disculpad las faltas de ortografía, que haberlas hailas.
    Un abrazo fraterno, que se oye últimamente en las asmmbleas de las ágoras.

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