
¿Izquierda o Derecha?. Vean su programa y juzguen
Los excelentes resultados de Marine Le Pen en la primera vuelta de las elecciones presidenciales francesas provocan inquietud en los mercados y en las cabezas pensantes que dirigen el negocio desde Bruselas. Opinadores profesionales nos avisan desde sus púlpitos mediáticos que la «extrema derecha» está ganando adeptos y que ello es muy peligroso. Buscamos la propuesta electoral de esa señora y nos encontramos con que su programa económico está en las antípodas del de Sarkozy: Liberarse decididamente de la tutela de los mercados financieros, blindar los servicios públicos, apostar por los productos locales frente a los importados, revalorizar los salarios, renegociar los tratados, imponer una laicidad real del estado, fomentar los referendums vinculantes, atacar decididamente la corrupción, recuperar la independencia política y militar respecto a las grandes «alianzas» internacionales. ¿No podría firmar todo eso cualquier partido de la llamada «izquierda nacionalista»?. Vemos nítidamente que el voto a Le Pen es un voto anti-globalización y anti-capitalista (ya que el capitalismo en la última década ha preferido adoptar la etiqueta más amable de «globalización económica»). Naturalmente es un programa que provoca pavor entre los «tecnócratas» neoliberales de Bruselas. Y no es precisamente por sus proclamas contra el peligro de islamización de Europa (cosa que al mundo financiero le trae totalmente sin cuidado) sino por la posible nacionalización de la Banca para ponerla bajo el control político de la mayoría parlamentaria. Efectivamente también hay contenidos en su programa que se nutren del sentimiento de desconfianza hacia el extranjero, algo tristemente secular en la condición humana, sobre todo en tiempos de crisis. Pero… ¿No sería también posible etiquetar este programa como «izquierda xenófoba» frente a la «izquierda multicultural» de Jean-Luc Mélenchon?. ¿No podrían ser ambos etiquetados como programas de izquierda por su carácter anticapitalista, frente a los programas de derecha (pro-capitalistas) de Hollande-Sarkozy?.
El intentar analizar siempre los acontecimientos políticos bajo la rígida plantilla mental izquierdas-derechas nos dificulta la percepción de importantes matices socio-culturales que operan en una capa más profunda de la realidad. Este prisma de análisis puede llegar a constituir un cierto reduccionismo intelectual que las propias élites mediáticas fomentan para encubrir y enmascarar sus verdaderos objetivos de clase. Los hechos son tozudos y nos muestran una y otra vez que la lucha de clases existe y es muy real, aunque los magos de la información intenten velarla cada día. «Somos el 1%», nos gritan cada día los grandes capitales con abierta agresividad, «y vamos a por el 99%», que sois vosotros. Son los de arriba contra los de abajo, y no tanto las izquierdas contra las derechas. Los resultados electorales franceses nos muestran, por un lado, que el sentimiento anticapitalista no deja de crecer (como ya empezaba a verse con claridad en esta encuesta del año pasado) y por otro que hay una facción de la sociedad que se está cansando de pedirle por favor a los bancos que sean buenos, y que están valorando seriamente la utilización de otros métodos menos amables y más expeditivos.