Archive for noviembre, 2012

noviembre 27, 2012

Acumulación por desposesión

(Artículo de Rubén Martínez. Leer aquí texto completo en su fuente original)

Desposeídos de la cultura, desposeídos de la sanidad, desposeídos de la educación, desposeídos de la propiedad, desposeídos de nuestro cuerpo, desposeídos de nuestra dignidad, desposeídos de nuestros derechos, desposeídos de otra posibilidad. La historia del capitalismo es la historia de una continua desposesión, la historia de una continua extracción de aquello producido colectivamente. Sin esa continua acumulación por desposesión, sin los decretos, rumbos institucionales y tácticas capitalistas para cercar y extraer renta de la producción social, el régimen de acumulación capitalista no podría mantenerse. Esa es la esencia de un modelo injusto en su origen e injusto en su desarrollo histórico.

El derecho a la bancarrota, la desobediencia a la estafa financiera, la lucha de las clases desposeídas, la constitución de un movimiento de escala terráquea que tome como objetivo un régimen de existencia basado en la producción, conservación y gestión de los bienes comunes, esos son los objetivos políticos que deben movilizarnos hoy. Lo que es deseable no es un mundo sin mercados y sin derechos, sino un mundo sin capitalismo. Mercados que respondan a necesidades y no fijados como medios abiertos a la explotación y la especulación; derechos que sirvan para confirmarnos como una sociedad justa y no como pretextos para la desposesión. Lo deseable es la absoluta desaparición del robo institucionalizado como única forma de vida, el juicio a un crimen histórico que logra permanecer invisible y que el actual cambio de época no va a dejar impune.

noviembre 7, 2012

Izquierdas y derechas en la centralidad capitalista

En repetidas ocasiones hemos tratado este tema que sigue resultando difícil y esquivo para la comprensión de muchísima gente. El mensaje del 15M y del movimiento occupy, «No somos de izquierdas ni de derechas», ha podido ser interpretado por algunos como «antipolítico» cuando realmente es justo al contrario. En absoluto pretende hacer apología del ocaso de las ideologías, ni refugiarse en un nihilismo místico, ya que apela precisamente a su opuesto: el despertar ciudadano, la repolitización de la sociedad y el empoderamiento colectivo. Para entender esta filosofía y su colisión con los esquemas de anális político en los que hemos sido educados partiremos de un sencillo gráfico:

A una enorme masa de  población le resultará tan «lógica y natural» esta plantilla de anális, que casi no requeriría explicaciones adicionales. Parece equilibrada y pertinente. La hemos llamado «plantilla mental capitalista para el análisis político» y ha sido interiorizada incluso por muchos activistas comprometidos con el cambio y la mejora social. Evidentemente estamos ante una herramienta-trampa para entender las opciones disponibles y para la búsqueda de un posicionamiento personal reflexivo. Analicemos por qué:

– La centralidad y el equilibro está ocupado idealmente por algún planteamiento intermedio entre los defendidos  por los partidos mayoritarios de los países avanzados. Es decir, el punto medio entre PP y PSOE, entre republicanos y demócratas, entre tories y laboristas, entre conservadores y progresistas… . Izquierdas y derechas se funden en el punto representado implícitamente por … ¡el capitalismo perfecto!. La pirámide del bipartidismo queda asumida como una estructura completamente natural, inamovible, eterna.

– El socialismo es empujado hacia los extremos del eje de coordenadas. El esfuerzo de la gente que se considera a si misma como «de izquierdas» debe consistir en huir del centro y buscar alguna posición más cercana a la periferia izquierda de la la línea, autoasumiendo una ubicación geométricamente marginal. La zona azulada, en la que siempre encontraremos el apoyo tácito de la mayoría estadística de la población, representa los valores de aquello que suele llamarse «la gente de bien»; sensata, respetable y equilibrada. Esa será siempre la zona sociológicamente cálida, cubierta bajo el manto protector del capitalismo pragmático, de la garantía del derecho y del libre mercado. En su retórica discursiva «cuánto más socialismo y menos competencia, más autoritaritarismo, menos libertad, menos seguridad jurídica. Tanto el socialismo de corte soviético (ultraizquierda) como el nacional-socialismo (ultraderecha nazi, falangista o musoliniana) son malos y peligrosos. Deben ser evitados por todos los medios, como demuestra la historia. Vente al centro porque ya sabes que en los extremos vas a pasar mucho, mucho frío».

– Las fuerzas progresistas deben huir en dirección a uno de los polos, por tanto, en un proceso de exilio autoprovocado, en un éxodo por territorios inhóspitos, con muy pocos compañeros de viaje, en ruta hacia ninguna parte o, en todo caso, hacia el extremismo.

Desde el preciso instante en que las fuerzas insurgentes asumen e interiorizan esa plantilla de análisis ya han perdido la batalla. Jamás podrán ganar el combate de las ideas porque están jugando con una baraja marcada por su enemigo. El campo de juego y las reglas están diseñadas en beneficio exclusivo de uno de los contendientes.

¿Es esto inevitable?. En absoluto. Uno de los grandes méritos del movimineto internacional de los indignados y, particularmente del 15M, ha sido el de comenzar a explicitar esta trampa conceptual. La estrategia para vencer pasa necesariamente por diseñar una nueva plantilla de análisis, es decir, un nuevo campo de juego. Un campo en el que nostros ocupemos el centro y sea el rival el que pase frío en los extremos, fuera de la calidez de la zona intermedia, en este caso sonrosada:

– Ahora ya no hay izquierdas contra derechas, hay capitalismos extremistas, contra socialismos centrados, naturales y preocupados por nuestras necesidades básicas. Hay humanismo contra explotación, pacifismo contra militarismo, horizontalidad contra verticalidad, poder popular contra poder de las élites, democracias asamblearias contra dictaduras corporativas.

– La tarea de las fuerzas progresistas ya no sería desplazarse hacia el extremo, allí donde muy pocos quieren seguirte, sino viajar al centro, justo al corazón del ser humano, de los cuidados colectivos, del respeto al planeta, de la justicia social. Son los capitalismos los que están en los extremos, situados en el espectro de la guerra y la destrucción. Son ellos los que pasarán frío, bajo esta plantilla conceptual. Aquí ya no son las izquierdas y las derechas las que se unen en el punto de equilibro representado por el «capitalismo perfecto». En su lugar son los socialismos los que buscan el punto de equilibro en torno al centro de gravedad constituido, en este caso, por el humanismo igualitarista, pacifista, ético y ecológicamene sostenible.

El ser humano, demasiado a menudo, es incapaz de ver las cosas como son. Tiene dificultades para desbordar la interpretación del mundo que otros han fabricado para él/ella, de una manera nada casual, a través de unas herramientas cognitivas muy concretas. Nuestras conclusiones no son nuestras porque están preformateadas, condicionadas por unos «forceps intelectuales» y una gramática generadora, en absoluto inocentes. Quién  impone sus esquemas previos, sus preconceptos, su propio «sistema operativo» de pensamiento,  condicionará, en buena medida, los productos políticos que puedan desarrollarse dentro del abanico de la acción probable. Es nuestro deber como seres libres proponer alternativas,  trazar nuevos mapas, esquemas y plantillas, intentando desbordar el universo psicolingüístico castrador y limitante que nos aprisiona.

¿Sois de izquierdas o derechas?. No. Somos de centro humanista, libertario y anticapitalista.

(Consultar en wikipedia articulo sobre socialismo libertario)

Para concluir insertamos una viñeta del excelente ilustrador y agitador político Miguel Brieva, publicada en el diario Diagonal en Marzo de 2013, en la misma línea de denuncia conceptual que nosotros hemos pretendido plantear en este artículo.

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Entrada relacionada: Izquierdas y Derechas en la centralidad capitalista (II)

noviembre 6, 2012

El opio del pueblo y su antídoto humanista

Ludopatización: El mejor opio del pueblo al servicio del sistema y de la legitimación de la desigualdad

Aunque muchos liberales, de izquierdas y derechas, se sigan empeñando en repetirlo, hace tiempo que la religión dejó de ser el opio del pueblo. El nuevo opio del pueblo entró sin ser visto en nuestros hogares, en nuestros cerebros y en nuestra sangre a través de las jeringuillas de la postmodernidad. El nuevo opio del pueblo se llama hoy «deporte de masas»: el fútbol que adormece nuestras mentes con su cantinela de goles y emociones vacías, las carreras de motos y coches, con sus nubes de gasolina quemada flotando en el ambiente, El nuevo opio del pueblo tiene forma de programa de TV, de falsos periodistas vociferantes, de culebrones que se llenan de llantos, maldades y amores fingidos destinados a llenar vidas solitarias. El nuevo opio del pueblo tiene ya forma de spot publicitario que, al igual que los políticos profesionales, prometen plenitud y felicidad a cambio de nuestro voto-compra. Pero sobre todo, y por encima de todos ellos, el nuevo opio del pueblo se viste hoy de juego de azar, de rifa, de décimo, de papeleta, de rasca y gana, de sorteo, de apuesta on-line, de quiniela, de cupón, de lotería. El bombardeo es letal, nos llega  de manera masiva por la radio, por la prensa, las vallas estáticas y  a través de las múltiples pantallas que rodean nuestra existencia. Nos prometen la única felicidad posible a nuestro alcance. Solo gracias a su chute de esperanza paradisíaca podremos sacudirnos nuestra miserable existencia mediocre de trabajadores grises, precarios y explotados. Gracia a ellos podremos soñar sueños que merecen la pena ser soñados porque sin ellos nuestros sueños de hoy no valen nada. Es la alienación llevada a la hipérbole, la ludopatización brutal del ser humano hundido por un sistema que ya no tiene realidades que ofrecer, que se empeña en borrar el futuro para jóvenes y viejos y que solo tiene ya opio, eso sí, en inmensas cantidades, para vendernos.

Frente a este páramo intelectual surgen grupos resistentes de gente valiosa que no está dispuesta a dejarse atrapar y que siguen empeñados en construir desde ya un futuro mejor. Hoy los humanistas nos envían su enlace apoyando la Huelga General EuroMediterránea del 14N:  Es el momento de los pueblos y de los individuos que trabajan diariamente para fabricar un futuro diferente, que anónimamente ayudan a construir  los conjuntos humanos capaces de hacerse cargo de la situación. Una democracia real, una democracia social, económica, ecológica y política. Ahora es posible crear un nuevo tejido y un nuevo vínculo entre las personas, construir nuevas reglas. Para ello cada uno deberíamos preguntarnos qué nos ofrece ya este sistema, qué futuro queremos entregar a nuestros hij@s, y  qué estamos dispuestos a hacer para conseguirlo. Es esa posibilidad de elegir entre condiciones la que nos define como seres humanos y no como máquinas o instrumentos de las elecciones de otros.

Nunca subestimes la capacidad de pequeños grupos formados por grandes personas para transformar el mundo.

El comunismo estatalista fracasa como proyecto político, el capitalismo está naufragando como motor de esperanza. Ya no tienen más mentiras creíbles que ofrecer al nuevo ser humano despierto y consciente, solo la realidad de la explotación. Tras el derrumbe del socialismo autoritario y del socialismo liberal pasokizado, es la hora del socialismo libertario. No son izquierdas, ni derechas, son los de arriba contra todos los demás. El tiempo del Humanismo está llegando

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