Carta a un ser humano sin empleo

José Ibarrola

José Ibarrola

Durante décadas han intentando, y en muchas ocasiones conseguido, convencerte de que la culpa de tu situación es solo tuya y de que el empobrecimiento de la gente no es más que el lógico castigo a su ineficiencia o a su falta de productividad. Han inyectado la culpa en tu pensamiento, diciéndote que lo que te pasa es la consecuencia de no haberte formado lo suficiente, de no haber tenido todo el interés necesario en progresar, de ser algo perezos@, de conformarte con poco y ahora incluso de ser un defraudador/a o un pequeño ladrón. Han intentado, y en muchas ocasiones han conseguido, convencerte de que la solución a tus problemas no pasa por asociarte y estrechar vínculos comunitarios con otras millones de personas que se ven como tú sino en aceptar de forma inevitable la realidad opresiva que te envuelve, en confiar en los juegos de azar como sueño dorado que pondrá fin a tu pesadilla cualquier buena mañana, en ahogar tus penas con los deportes de masas que se muestran por las pantallas, con las drogas legales o en la telebasura. Han intentado, y en muchas ocasiones han conseguido, convencerte de que has fracasado como persona, de que debes avergonzarte de tu condición y de no mostrarla demasiado en público porque así solo vas a encontrar el desprecio social y la agudización de tu infelicidad. Durante décadas han intentado, y en muchas ocasiones han conseguido, convencerte de que ser un des-salariado como tú equivale a no trabajar. Sin embargo tu sabes que trabajas en el hogar, que trabajas realizando labores básicas de cuidado y mantenimiento en el seno de tu familia, que trabajas duro buscando empleo o en tareas relacionadas con la economía de subsistencia, que trabajas duro para formarte si eres estudiante, que trabajas duro ayudando y dando soporte a personas que te rodean y te necesitan. Tú en el fondo sabes que no es trabajo lo que te falta sino salario.

Yo hoy quiero decirte que casi todo lo que te han contado y te han hecho creer es mentira. Eres tan trabajador como cualquiera aunque hoy no tengas salario, eres tan digno como cualquiera aunque te hayan robado tu autoestima, no eres el culpable de lo que te pasa, no eres un vago, no eres un fracasado o fracasada, no eres un corrupto o corrupta, no eres un defraudador. Solo eres una persona que aspira a subsistir y a ser feliz, como cualquier otra, una persona que trabaja cada día, que es útil y que aspira a ser más útil aún. No es caridad lo que necesitas, simplemente justicia. El otro trabajador/a no es tu enemigo sino tu único aliado posible. No te dejes engañar por aquellos que te quieren hacer confiar en los juegos de azar como solución a tus problemas en lugar de buscar alianzas con otras millones de personas que al igual que tú solo aspiran a ser felices y útiles. No hay nada dentro de ti que esté mal o que funcione mal. Es el sistema el que está mal y el que funciona mal, un sistema que legitima y justifica la desigualdad económica extrema entre los seres humanos y el afán ilimitado de lucro privado como un fenómeno normal, natural y deseable, para así anular nuestra capacidad colectiva de resistencia. Un sistema que fomenta el aumento del paro como forma de sometar más a los que aún conservan un salario, un sistema que, en definitiva, utiliza el desempleo y la precarización del empleo como mecanismo de control social en favor de las élites. Es el sistema el culpable de tu situación y, particularmente, son las grandes oligarquías de banqueros, de grandes directivos de empresas cotizadas en bolsa que suben su valor conforme despiden a más trabajadores como tú y los políticos profesionales corrompidos por los anteriores los culpables de tu dolor.

asamblea_trabajadores_desalariadosSí hay un camino, sí hay un futuro, pero no soluciones mágicas, solo inteligencia y fuerza colectiva, trabajo cooperativo, trabajo en red, preocupaciones compartidas y apoyo mutuo como formas de construir una nueva realidad. Busca alianzas con otros trabajadores y trabajadoras (tengan o no tengan salarios), pelea contra la desigualdad y su legitimación social, exige una renta garantizada de ciudadanía que mereces de sobra por tu esfuerzo, reivindica el reparto del trabajo y el reparto del poder. La defensa de lo común es nuestra esperanza.

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3 comentarios to “Carta a un ser humano sin empleo”

  1. Estimado Javier, SI NOSOTROS, los cristianos y humanistas, CALLAMOS, GRITARÁN LAS PIEDRAS. Abrir los ojos a todos aquellos que sufren la miseria del paro, pareja a otras muchas que les son agregadas; es, además de una postura valiente, encomiable. Interiorizar empaticamente su dolor es una forma humana de acercamiento para que sientan nuestra luz y calor en las frías noches de sus desdichas, de mostrarles que no están solos, de decirles que compartimos su indignación, impotencia y rabia,, mayoradas en grado exponencial por la pespectiva, que nos llevan a señalar con el dedo a los hijos de Satanás o apóstoles de la mentira causantes de tantas injusticias, dolor y lágrimas.
    El abuso autoritario del poder de nuestros gobernantes; rayano en la tiranía, en el senido clásico del pensamiento político, favorece a las organizaciones de delincuencia organizada y el enriquecimiento ilícito de sus afines con intereses contrarios al bien común.
    La sistémica y vergonzante vulneración de la «Carta Magna por los propios padres de la patria, me lleva a plantear la conveniencia, como arma de defensa, de saturar los juzgados de denuncias particulares por vulneración de los artículos que hacen mención al derecho al trabajo y una vivienda digna, a quien pueda interesa
    Doblemente estafado e indignado, como administrado y como católico, inicié días pasados una petición que transcribo para dejar en evidencia a la empresa de los funcionarios de Evangelio, afín al Gobierno, llamada “Conferencia Episcopal Española” que reciben 14.000.- millones de euros anuales de subvención estatal, por creer que pueda interesar a propios y extraños:

    Hola!

    He iniciado la petición «Sr. Presidente de la Conferencia Episcopal Española, monseñor Rouco Varela.: Su más firme condena de la politicas neoliberales, intrinsecamente anticristianas, del gobierno de Mariano Rajoy.» y necesito que me ayudes a hacerla despegar.

    ¿Tienes medio minuto para firmarla ahora mismo? Puedes hacerlo aquí:

    http://www.change.org/es/peticiones/sr-presidente-de-la-conferencia-episcopal-española-monseñor-rouco-varela-su-más-firme-condena-de-la-politicas-neoliberales-intrinsecamente-anticristianas-del-gobierno-de-mariano-rajoy

    Es importante por todo esto:

    Los católicos no podemos ser cómplices silenciosos de las injusticias de todo orden que provocan las políticas liberales, intrínsecamente anticristianas, aplicadas indecentemente por el gobierno de Mariano Rajoy contra una mayoría silenciosa que provocan sentimientos de temor y exasperación en los que tenemos la suerte de poder comer todos los días; indignación a los cautivos, los más, de una nómina congelada o minorada al capricho de una clase empresarial alta; la misma que sienten los funcionarios al ver congelados sus ingresos por cuarto año consecutivo; impotencia y desesperación en todos aquellos, y sus familias, que perdieron su empleo y no ven un futuro a sus vidas, lo mismo que nuestros mayores, último refugio de hijos y nietos en paro, que no entienden que es eso de desindexación, término usado por los trileros del lenguaje para esconder la pérdida de poder adquisitivo en la propuesta envenenada de incremento de las pensiones.
    No acierto a imaginar lo que pueden sentir los enfermos crónicos de las familias en paro condenados a una muerte segura por falta de recursos, lo mismo que los jóvenes universitarios que deberán abandonar sus carreras por falta de becas. o los padres que no pueden pagar los libros para sus hijos.
    Por contra, los banqueros que provocaron la crisis realizan mejores resultados en los balances de sus cuentas de resultados, al igual que las grandes empresas cuyos beneficios se gravan una décima parte de lo que aporta cualquier trabajador.
    Termino mencionando a la casta política , por encima de la crisis, del bien y del mal y de la Justicia extendida cual alfombra a su paso, que aupados por nosotros en las urnas cometen tamañas tropelías de las que habrán de avergonzarse nuestros propios nietos.

    Puedes firmar mi petición haciendo clic aquí.

    Gracias.
    Raúl Ibáñez Martinez

  2. Como siempre, Javier, das en el clavo. Los ideólogos del sistema pretenden culpabilizar a los propios parados de sus desgracias como si la sagrada «libertad» de ser rico hasta el infinito no tuviera nada que ver con lo que le ocurre. Estoy harto de ese mensaje recurrente en los medios prosistema, de los individualistas radicales o de los sesudos informes de organismos internacionales, como la OCDE o el FMI, que convierten a las personas en «flujos de entrada y salida de los mercados laborales» como si fuésemos máquinas o cosas. Te felicito. Debemos unirnos para paliar el sufrimiento que provoca este absurdo sistema de desigualdades extremas y poner un límite a la loca carrera por la ambición desmedida. La vida debe ser algo mejor que ser exprimidos de forma inhumana para que una pequeña minoría obtenga riquezas sin límite, y eso lo refleja muy bien el contenido de tu carta.
    Gracias,
    Luis

  3. Gracias Raúl por tu denuncia incansable. Gracias Luis por tu compromiso, tus ideas y tu trabajo.

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