
Señores especuladores, la cuestión es muy simple: ESA DEUDA NO ES LA NUESTRA, ¿No será suya, por casualidad?
Tras el éxito de las protestas masivas que se han desarrollado hoy 19J por todo el estado español cabe plantearse una cuestión. ¿Es legal la firma de un crédito sin que una de las dos partes muestre su consentimiento inequívoco por escrito?. La respuesta, naturalmente, es NO. Sin embargo eso es lo que se está haciendo con Grecia, con Portugal, con Irlanda y pronto con España. Ese contrato puede ser perfectamente considerado como nulo de pleno derecho e ilegítimo ya que no se está pidiendo el consentimiento expreso de los que tendrán que cumplirlo, es decir, de los ciudadanos y ciudadanas de esos países. Los políticos que firman los papeles no son los que tendrán que devolver esos créditos, sino nosotros y nosotras. Ellos no tienen legitimidad para contraer deudas en nuestro nombre porque nadie les ha concedido esa potestad legal de manera explícita. Es así de simple. Sólo Islandia ha hecho las cosas conforme a a la lógica del Derecho y el resultado ha sido un NO abrumador al rescate de los banqueros y de los especuladores por dos veces consecutivas. En París los indignados gritaban hoy «Esa dedua no es la nuestra». Esa frase resume a la perfección la realidad de la cuestión. Momentos después 127 manifestantes eran detenidos en la explanada de Notre Dame. Se ve que la frase coreada con firmeza no gustaba mucho a las autoridades económico-políticas del país.
La primera medida a tomar para comenzar a atajar esta crisis sistémica es una auditoría completa de la deuda y una suspensión inmedita de toda aquella que haya sido «suscrita» en contra de los intereses generales de la ciudadanía y sin su consentimiento expreso, la cual es un porcentaje bastante abultado de la misma. Ya hay precedentes en países de SurAmérica con gobiernos algo menos serviles a los intereses de los banqueros y los especuladores. Entérense bien señores especuladores, señores banqueros y señores políticos a sueldo de los anteriores: ESA DEUDA NO ES LA NUESTRA y nos vamos a negar a pagarla. Para terminar un mensaje especial a los banqueros: Tienen vds. un problema muy grave porque han «prestado» un dinero que no tenían. Eso se llama fraude y estafa, se comienza a pagar con sus patrimonios personales y si no hay suficiente se termina de compensar con PRIVACIÓN DE LIBERTAD en unas instalaciones especiales llamados RECINTOS PENITENCIARIOS.