Posts tagged ‘anarquismo’

enero 24, 2014

La redistribución del poder como brújula política

brujula_politicaUna de las cuestiones ineludibles que esta profunda crisis sistémica está poniendo de relieve es la necesidad de impulsar nuevos principios organizativos que deberán regir la transición hacia un futuro diferente. Uno de estos principios básicos es la redistribución progresivamente equitativa del poder en todos sus ámbitos y manifestaciones posibles. Redistribuir el poder va mucho más allá de la simple y «loable» pretensión de actuar contra la pobreza. La distinción entre ambos objetivos mantiene un claro paralelismo con la que podemos establecer entre caridad y justicia. La caridad no cuestiona el equlibrio asimétrico de poder inherente al orden establecido ni cuestiona la existencia de unas minorías poseedoras y unas mayorías depauperadas que deben esperar pacientemente el favor de las élites. El principio de redistribución del poder parte de unas premisas muy diferentes que no solo apelan a la ética humanista sino, sobre todo, a la racionalidad socioeconómica, al bien común y al equilibrio biofísico de nuestro entorno vital.  El principio de redistribución del poder tiene implicaciones en multiplicidad de áreas, con diferentes ejemplificaciones:

* Redistribución progresivamente equitativa del poder, en cuanto a la arquitectura institucional, significa buscar una democracia participativa que desborde el marco de la democracia representativa: Iiniciativas legislativas ciudadanas, wikiproyectos legislativos, consultas vinculantes, listas abiertas con referendums revocatorios de mandato, reformas de leyes electorales para la democracia inclusiva y equitativa en el valor del voto, consejos deliberativos, asambleas populares con capacidad de autogestión, procesos transparentes de rendición de cuentas, blindajes normativos contra la corrupción, gestación de nuevas soberanías y empoderamientos ciudadanos, organizaciones políticas horizontalistas, presupuestos participativos…

* Redistribución progresivamente equitativa del poder, en el campo de la energía, es posibilitar que las redes de distribución de la corriente eléctrica sean bidireccionales en lugar de las actualmente unidireccionales, para que cada individuo pueda introducir energía autogenerada en la red, además de extraerla. De esta forma se establecería un balance energético que podría salir positivo o, a veces, negativo. (Tercera Revolución Industrial, propuesta por Jeremy Rifkin y otros).

* Redistribución progresivamente equitativa del poder, en el campo de la propiedad intelectual, sería disminuir drásticamente el periodo de validez de las patentes y las licencias copyright, para que todo el conocimiento pueda pasar al dominio público con mucha mayor rapidez. También es optar decididamente por los modelos «opensource» en software, hardware, cultura, arte, música, diseños industriales…

* Redistribución progresivamente equitativa del poder, en el campo del comercio es apostar decididamente por las cooperativas integrales de producción/consumo, los mercados sociales, por el pequeño comercio de proximidad frente a la gran superficie y frente a las grandes distribuidoras.

* Redistribución progresivamente equitativa del poder, en el campo de la agricultura, es defender al pequeño agricultor, a la agricultura ecológica, desmantelar progresivamente los grandes latifundios de monocultivo en manos de unos pocos dueños o pelear contra las semillas transgénicas esterilizadas y sus pesticidas asociados que generan dependencia y empobrecimiento en los pequeños productores.

Así podríamos seguir poniendo ejemplos múltiples en el campo de la información, la educación, la sanidad y finalmente en la economía monetaria. (Banca pública ética y democrática, lucha decidida contra los paraísos fiscales, gravámenes especiales sobre las grandes inversiones publicitarias, renta básica universal, insumisión contra la industria de los juegos de azar, [auto]limitación de la renta máxima disponible, monedas complementarias, bancos de tiempo, economía del bien común, rediseño de los indicadores que nos ayudan a evaluar la marcha de la economía…)

Como vemos, el principio de «Redistribución progresivamente equitativa del poder» es esencialmente político. Constituye un buen filtro, unas «gafas de ver», una «prueba del algodón» para poder evaluar si una medida propuesta o aplicada por cualquier partido gobernante o de oposición es limpia y si está encaminada hacia la búsqueda del bien común o no. Este principio nos da pie a imaginar una lista interminable de iniciativas que irían mucho más allá de la meramente cosmética recomendación del FMI de «actuar contra la pobreza». No son izquierdas contra derechas, es centralidad contra extremismo, es equilibrio contra asimetría. El progreso opera en diagonal.

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¿Buscamos el origen de coordenadas, buscamos el centro?

 

julio 15, 2013

Forcades, Oliveres y el manifiesto constituyente

teresa-forcadesLeer y escuchar a la monja benedictina Teresa Forcades nos reafirma en el convencimiento de que el problema no está en las religiones sino en las jerarquías y cúpulas que las secuestran y manipulan en su exclusivo provecho. Una religiosidad bien entendida que queda indisolublemente trenzada con un relato político libertario nos proyecta hacia el futuro.

Teresa Forcades: Si nos meten en prisión ya vendréis a contarlo

Adjuntamos el manifiesto de los 10 puntos con el que están creando un movimiento transversal, humanista, libertario y postcapitalista en Cataluña y, de camino, en el resto del estado:

1. Expropiación de la banca privada, defensa de una banca pública y ética, freno a la especulación financiera, fiscalidad justa, auditoría de la deuda e impago de la deuda ilegítima.

2. Salarios y pensiones dignas, no a los despidos, reducción de la jornada laboral y reparto de todos los trabajos, incluido el trabajo doméstico y de cuidado no remunerado.

3. Democracia participativa, reforma electoral, control de los cargos electos, eliminación de los privilegios de los políticos y lucha decidida contra la corrupción.

4. Vivienda digna para todos, moratoria de los desahucios y dación en pago retroactiva.

5. No a las privatizaciones, reversión de todos los recortes y potenciación del sector público bajo control social.

6. Derecho al propio cuerpo y no a la violencia de género.

7. Reconversión ecológica de la economía, expropiación y socialización de las empresas energéticas y soberanía alimentaria.

8. Derechos de ciudadanía para todos, no a la xenofobia y derogación de la legislación de extranjería.

9. Medios de comunicación públicos bajo control democrático, software y red libre y desmercantilización de la cultura.

10. Solidaridad internacional, no a la guerra, y por una Cataluña sin ejército y fuera de la OTAN.

Nos encontramos en una encrucijada histórica donde es necesario dar un paso adelante y reunir fuerzas. Hacemos un llamamiento a la ciudadanía de Cataluña a firmar este manifiesto y a ayudar a construir entre todos esta iniciativa de cambio a favor de un modelo social, económico y político igualitario y participativo que se niega a separar la Libertad de la Justicia y de la Solidaridad.

Arcadi Oliveres y Teresa Forcades

10 de abril 2013

diciembre 3, 2012

Palestina, los judíos libertarios y el sionismo criminal

plot_against_finkelsteinParece que Naciones Unidas aceptó a Palestina como Estado observador y que ahora, profundamente frustrado por la impotencia ante la clamorosa derrota internacional, el Gobierno israelí ha decidido confiscar la asignación mensual que transfiere al torturado pueblo palestino. El terrorismo sionista sigue a lo suyo, matando con bombas y matando a través del ghetto, al más puro estilo nazi. Fue un socialista libertario de origen judío, llamado Alexander Berkman, el que escribio en 1926, que una clase especial de personas, que se erige con el poder del capital, es la que decide lo que es honesto o deshonesto, cuando está permitido robar y de qué manera, cuando el fraude es legal y cuando no lo es, cuando el asesinato es correcto y cuando supone un crimen, que uniforme te da derecho a matar y cual te convierte en terrorista. El lobby sionista detenta ese poder pero, al igual que sucedía al rey Midas, en su propia fuerza se encierra su derrota, condenado al aislamiento, al destierro moral y finalmente al suicidio. Otro judío, llamado Ilan Pappé nos explicó años después las mentiras sobre las que el sionismo pretende edificar todos sus mitos, así como la única solución posible para el drama de esa tierra a orillas del Mediterráneo llamada Palestina: Un solo estado desmilitarizado en donde puedan convivir mujeres y hombres de distintas razas, creencias y religiones, con pleno respeto para aquellos legítimos moradores cuyos orígenes se remontan en el tiempo frente a los recientes colonos. Más judíos como el profesor Shlomo Sand o Norman Finkelstein han ahondado en la misma idea, contribuyendo al desmontaje de las leyendas sionistas. Muchos otros judíos, especialmente los emparentados con tradiciones libertarias humanistas y con todo tipo de formas de desobediencia civil, han defendido a lo largo de la historia los derechos inalienables de las personas por encima de los intereses bastardos de los mercaderes de la guerra, de los amos del dinero, de la política genocida o de los usurpadores de la religión. Vaya esta entrada en homenaje a todos esos libertarios, de origen judío(*), que han contribuido con su lucha a que el ser humano siga teniendo ante si un horizonte de dignidad.

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(*) Alexander Berkman, Murray Bookchin, Noam Chomsky , Erich Fromm, Emma Goldman, Rudolf Rocker, Gustav Landauer, Howard Zinn… entre otr@s much@s.

Sí radical al Judaísmo, Sí radical al Semitismo y un NO rotundo al Sionismo, peligrosísimo movimiento político genocida y filofascista.

noviembre 7, 2012

Izquierdas y derechas en la centralidad capitalista

En repetidas ocasiones hemos tratado este tema que sigue resultando difícil y esquivo para la comprensión de muchísima gente. El mensaje del 15M y del movimiento occupy, «No somos de izquierdas ni de derechas», ha podido ser interpretado por algunos como «antipolítico» cuando realmente es justo al contrario. En absoluto pretende hacer apología del ocaso de las ideologías, ni refugiarse en un nihilismo místico, ya que apela precisamente a su opuesto: el despertar ciudadano, la repolitización de la sociedad y el empoderamiento colectivo. Para entender esta filosofía y su colisión con los esquemas de anális político en los que hemos sido educados partiremos de un sencillo gráfico:

A una enorme masa de  población le resultará tan «lógica y natural» esta plantilla de anális, que casi no requeriría explicaciones adicionales. Parece equilibrada y pertinente. La hemos llamado «plantilla mental capitalista para el análisis político» y ha sido interiorizada incluso por muchos activistas comprometidos con el cambio y la mejora social. Evidentemente estamos ante una herramienta-trampa para entender las opciones disponibles y para la búsqueda de un posicionamiento personal reflexivo. Analicemos por qué:

– La centralidad y el equilibro está ocupado idealmente por algún planteamiento intermedio entre los defendidos  por los partidos mayoritarios de los países avanzados. Es decir, el punto medio entre PP y PSOE, entre republicanos y demócratas, entre tories y laboristas, entre conservadores y progresistas… . Izquierdas y derechas se funden en el punto representado implícitamente por … ¡el capitalismo perfecto!. La pirámide del bipartidismo queda asumida como una estructura completamente natural, inamovible, eterna.

– El socialismo es empujado hacia los extremos del eje de coordenadas. El esfuerzo de la gente que se considera a si misma como «de izquierdas» debe consistir en huir del centro y buscar alguna posición más cercana a la periferia izquierda de la la línea, autoasumiendo una ubicación geométricamente marginal. La zona azulada, en la que siempre encontraremos el apoyo tácito de la mayoría estadística de la población, representa los valores de aquello que suele llamarse «la gente de bien»; sensata, respetable y equilibrada. Esa será siempre la zona sociológicamente cálida, cubierta bajo el manto protector del capitalismo pragmático, de la garantía del derecho y del libre mercado. En su retórica discursiva «cuánto más socialismo y menos competencia, más autoritaritarismo, menos libertad, menos seguridad jurídica. Tanto el socialismo de corte soviético (ultraizquierda) como el nacional-socialismo (ultraderecha nazi, falangista o musoliniana) son malos y peligrosos. Deben ser evitados por todos los medios, como demuestra la historia. Vente al centro porque ya sabes que en los extremos vas a pasar mucho, mucho frío».

– Las fuerzas progresistas deben huir en dirección a uno de los polos, por tanto, en un proceso de exilio autoprovocado, en un éxodo por territorios inhóspitos, con muy pocos compañeros de viaje, en ruta hacia ninguna parte o, en todo caso, hacia el extremismo.

Desde el preciso instante en que las fuerzas insurgentes asumen e interiorizan esa plantilla de análisis ya han perdido la batalla. Jamás podrán ganar el combate de las ideas porque están jugando con una baraja marcada por su enemigo. El campo de juego y las reglas están diseñadas en beneficio exclusivo de uno de los contendientes.

¿Es esto inevitable?. En absoluto. Uno de los grandes méritos del movimineto internacional de los indignados y, particularmente del 15M, ha sido el de comenzar a explicitar esta trampa conceptual. La estrategia para vencer pasa necesariamente por diseñar una nueva plantilla de análisis, es decir, un nuevo campo de juego. Un campo en el que nostros ocupemos el centro y sea el rival el que pase frío en los extremos, fuera de la calidez de la zona intermedia, en este caso sonrosada:

– Ahora ya no hay izquierdas contra derechas, hay capitalismos extremistas, contra socialismos centrados, naturales y preocupados por nuestras necesidades básicas. Hay humanismo contra explotación, pacifismo contra militarismo, horizontalidad contra verticalidad, poder popular contra poder de las élites, democracias asamblearias contra dictaduras corporativas.

– La tarea de las fuerzas progresistas ya no sería desplazarse hacia el extremo, allí donde muy pocos quieren seguirte, sino viajar al centro, justo al corazón del ser humano, de los cuidados colectivos, del respeto al planeta, de la justicia social. Son los capitalismos los que están en los extremos, situados en el espectro de la guerra y la destrucción. Son ellos los que pasarán frío, bajo esta plantilla conceptual. Aquí ya no son las izquierdas y las derechas las que se unen en el punto de equilibro representado por el «capitalismo perfecto». En su lugar son los socialismos los que buscan el punto de equilibro en torno al centro de gravedad constituido, en este caso, por el humanismo igualitarista, pacifista, ético y ecológicamene sostenible.

El ser humano, demasiado a menudo, es incapaz de ver las cosas como son. Tiene dificultades para desbordar la interpretación del mundo que otros han fabricado para él/ella, de una manera nada casual, a través de unas herramientas cognitivas muy concretas. Nuestras conclusiones no son nuestras porque están preformateadas, condicionadas por unos «forceps intelectuales» y una gramática generadora, en absoluto inocentes. Quién  impone sus esquemas previos, sus preconceptos, su propio «sistema operativo» de pensamiento,  condicionará, en buena medida, los productos políticos que puedan desarrollarse dentro del abanico de la acción probable. Es nuestro deber como seres libres proponer alternativas,  trazar nuevos mapas, esquemas y plantillas, intentando desbordar el universo psicolingüístico castrador y limitante que nos aprisiona.

¿Sois de izquierdas o derechas?. No. Somos de centro humanista, libertario y anticapitalista.

(Consultar en wikipedia articulo sobre socialismo libertario)

Para concluir insertamos una viñeta del excelente ilustrador y agitador político Miguel Brieva, publicada en el diario Diagonal en Marzo de 2013, en la misma línea de denuncia conceptual que nosotros hemos pretendido plantear en este artículo.

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Entrada relacionada: Izquierdas y Derechas en la centralidad capitalista (II)

diciembre 26, 2011

Ateísmo, Dios y Religión

Dios está en el otro: Religión frente a pseudoreligión

Por sus actos los conoceréis no por sus palabras. Aquel que promueve la agresión contra el otro, contra el diferente, contra la naturaleza, aquel que siembra el odio contra otro ser humano, está volviendo a cometer el pecado original y, por tanto, está matando a la Religión. Cuando la religión es violenta deja de ser religión para convertirse en herramienta terrenal de dominación al servicio de un grupo de poder, de una clase. El ateísmo es la negación de Dios, pero … ¿de qué dios?. La historia de la humanidad ha estado llena de dioses y profetas, portadores de todo tipo de mensajes y representaciones.

Los primeros cristianos fueron unos auténticos ateos, según los parámetros de su época. Locos fanáticos, (unos «perroflautas», según cierta terminología modernista), que se atrevieron a cuestionar al dios de su momento histórico, el dios imperial, la divinidad del César y de todo su panteón. Esos locos defendían que Dios estaba ahí para salvarnos, no para someternos; que Dios habitaba en el otro, en la naturaleza, en la creación, en la anciana, en el extranjero, en el enfermo, en el pobre  y que su autoridad no era terrenal, no tenía ejércitos, no era ningún rey, no tenía Estado y además carecía de poder material. Por todo ello fueron humillados, ridiculizados, considerados gente peligrosa, herejes, terroristas, enemigos de Roma que debían ser aniquilados sin compasión.

Algunos antiguos profetas ya reclamaban un ateísmo del ídolo, del rey, del poder terrenal, del orden injusto. El nuevo dios cristiano, que desafiaba al dios imperial dominante, representaba a la alteridad, es decir «al otro», a lo que está fuera de nuestro estrecho horizonte individual de ambiciones y egoísmos. El pecado original no es otra cosa que la negación del otro para encumbrar nuestro yo por encima de todos y todo. Caín mata a su hermano, negándolo, Adán juega a conquistar la omnipotencia, autocoronándose simbólicamente como dios, e instaurando el reíno de la idolatría, el fetichismo y la soberbia. El César es Adán y Caín y el cristianismo primitivo aspira a desenmascar su impostura. Eran, por tanto, ateos del poder imperial, ateos del sistema.

Las tres religiones monoteístas son, en realidad, una sola ya que parten y beben de un tronco común. Las tres originariamente están del lado de la alteridad, de los profetas ateos del falso dios, descreídos del poder material de los reyes, los ejércitos, los faraones, emperadores y becerros de oro. Son religiones ateas de la idolatría, ateas de los fetiches que rinden culto a la guerra, ateas del sistema de dominación que el hombre intenta instaurar en la Tierra para desafiar a todo lo que está fuera de él y ante lo que se siente temeroso, inferior, desvalido.

Conforme la religión se arrima al poder terrenal de reyes, príncipes y banqueros se aleja del dios-amor, del dios-bondad, instaurando una pesudoreligión que intenta matar a ese dios para encumbrar en su lugar al dios-guerrero sediento de sangre y riquezas,  a Moloch, Mammon, al ídolo, al fetiche, al capital. Esta es la pesudoreligión del cainismo sionista israelí que levanta la mano contra su hermano musulmán y contra el propio Judaísmo, es la pseudoreligión del wahhabismo saudí, que levanta el puñal contra el hermano cristiano y, por tanto contra el propio Islám, es la pseudoreligión del colonialismo genocida de la Cruz, que levanta la mano contra el indígena, el judío o el musulmán y, por tanto, contra el propio Cristianismo.

Cuando la religión se convierte en arma asesina contra el otro, contra el diferente o contra la naturaleza vuelve a cometer el pecado original contra el dios-bondad, vuelve a adorar a los dioses del panteón del egoísmo y la soberbia, faltando a su esencia y convirtiéndose en fetiche.

Piensa en tu dios, intenta explicitarlo y podrás saber si eres religioso o no. El ejercicio promete sorpresas porque podrá llevarnos a descubrir Papas y cardenales, supuestamente cristianos, que son en realidad adoradores del dios de la conquista y el exterminio, encontraremos a supuestos judíos que organizan actos terroristas para extender el poder del sionismo, a piadosos jeques árabes, supuestamente musulmanes, que torturan sin piedad a hombres y mujeres pacifistas que piden libertad, y encontrarás a supuestos ateos que hacen auténtica religión ayudando al desconocido y luchando por la instauración del Reino de la Paz en la Tierra.

También Dios puede ser libertario, también Dios puede ser anarquista.

(En homenaje a Leon Tolstoi)

noviembre 24, 2011

Capialismo oriental gana, capitalismo occidental pierde

Capitalismo oriental, la fórmula del trabajo sin derechos, capitalismo perfecto

En el sustrato de esta crisis sistémica que nos toca experimentar podemos observar un choque entre modelos capitalistas que solo han conseguido imponer unas muy distintas tasas de explotación al trabajo asalariado en sus diferentes contextos geográficos. El capitalismo occidental no ha sido capaz aún de alcanzar unas condiciones máximas de rentabilización de su fuerza laboral debido a las luchas históricas, políticas y sindicales, protagonizadas por sus clases trabajadoras. La acumulación del beneficio necesario para la perpetuación del modelo se ha realizado aquí, durante las últimas décadas, en base a un altísimo nivel de endeudamiento privado (instituciones financieras, empresas y particulares) y a las guerras coloniales de rapiña en zonas periféricas (Iraq, Afganistán, África…), cimentadas en su poder mediático y  militar. El capitalismo oriental, sin embargo, ha crecido fundamentalmente en base a una explotación altísima de su fuerza laboral y a un alto índice de degradación medioambiental. Este segundo modelo se ajusta de una forma muy superior a la auténtica naturaleza del sistema que, en última instancia y salvados todos los fuegos de artificio de la economía virtual, solo es capaz de generar valor a partir del «ordeñamiento intensivo» del trabajo humano. Nuestros hermanos de SurAmérica conocen muy bien como el capital aprieta el tornillo sobre poblaciones desprotegidas, buscando siempre el máximo nivel posible de rendimientos monetarios sin detenerse ante nada.

La crisis de la deuda que atenaza a Europa y EEUU es, en última instancia, una consecuencia del «ajuste de cuentas» en el enfrentamiento de los dos modelos. Son esos los ajustes estructurales que se nos venden como inevitables, son esos los deberes y tareas ineludiblemente pendientes que nuestras «clases coordinadoras» (*) deben implementar con angustiosa urgencia. El nuevo equilibrio global, a corto plazo, solo puede imponerse a través de dos vías posibles: O bien la occidentalización de las condiciones laborales chinas o bien la precarización asiática de las condiciones laborales en Occidente. Es esta última la solución que la lógica intrínseca al sistema capitalista globalizado tratará de imponer mediante su conocida «doctrina del shock», a menos que la estrategia de revueltas, huelgas, contestación social y batalla ideológica, planteada por las clases trabajadoras (fundamental, aunque no exclusivamente asiáticas) sea capaz de ganar el pulso a las élites, forzando un cambio sistémico en las actuales reglas del juego (**). En este contexto resulta crucial para la conservación a corto plazo de las conquistas sociales en Europa, empoderar a los sindicatos asiáticos para que alcancen pronto significativos progresos en materia de derechos humanos y laborales, ya que sus éxitos serán también los nuestros, creando sinergias de oposición contra la tendencia depredadora del gran capital a nivel global. Haríamos bien, desde Occidente, en apoyar por todas las vías posibles (económicas, mediáticas, logísticas, cibernéticas, subversivas…) a las organizaciones de trabajadores en estos países en lugar de gastar energías absurdas en financiar a organizaciones reaccionarias como los grupos salafistas saudíes, organizaciones paramilitares centroamericanas,  la ultraderecha cubana o al sionismo fundamentalista infiltrado en diferentes lugares del planeta.

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(*) Albert, Michael (EEUU) en entrevista publicada por el periódico mensual de la CNT, nº 383 de Noviembre-2011, expone que la dicotomía entre clase capitalista y clase trabjadora es excesivamente esquemática para interpretar la realidad actual. Existe, al menos, una tercera clase, muy importante para comprender el funcionamiento de la sociedad de hoy: la clase coordinadora. Esta clase puede incluso convertirse en la clase dominante, como llega a suceder en el socialismo estatalizado. En las sociedades más occidentalizadas la clase coordinadora está constituida por políticos profesionales y directivos de empresas, que suelen trabajar en conexión directa con la clase capitalista y, habitualmente, bajo su supervisión.

(**) La teoría económica convencional parte de unos apriorismos que se consideran dogmas innegociables: la propiedad privada, la existencia de mercados financieros que pueden funcionar sobre bases especulativas o la organización fuertemente jerarquizada de la sociedad. Todos los demás postulados deben respetar esas bases fijadas previamente, constituyéndose en principios rectores que condicionan la generación de cualquier nuevo “conocimiento” económico. Los dogmas previos son realmente una coraza idelógica cuya función principal es blindar y expandir los privilegios de ese estrato minoritario de la sociedad que acapara la mayor parte de recursos materiales y el control del poder coercitivo. Michael Albert nos propone un nuevo modelo económico post-capitalista, basado en principios libertarios, conocido como «Economía Participativa«.

agosto 8, 2011

Londres, la violencia inducida y el control social

Violencia, una estrategia funcional a los intereses del poder

Nos llegan noticias sobre actos violentos acaecidos en distintos puntos de Londres en las dos noches pasadas. Las interpretaciones que la gente tiende a realizar de estos fenómenos suele ajustarse a uno de estos dos esquemas, que podríamos llamar Versión A (o «versión de derechas») y Versión B («versión de izquierdas»):

* Versión A: «La policía hacía su trabajo frente a injustificables manifestantes pobres y violentos»

*  Versión B: «La violencia de los manifestantes pobres estaba justificada debido a sus condiciones de vida y la marginación que sufren».

Pero, ¡ojo! hay una Versión C: «Los primeros manifestantes violentos encapuchados no eran pobres marginados, sino grupos infiltrados de mercenarios pagados por lobbys con poder económico (e incluso por los servicios de inteligencia del estado británico), con el objetivo de criminalizar las justas protestas pacíficas de las clases desfavorecidas y crear un clima de vandalismo agresivo despolitizado».

Solo estamos viendo opiniones confrontadas que se decantan por las versiones A y B. Este juego es funcional para el poder porque ambas versiones establecen una conexión estrecha y visible entre pobreza y violencia. Ambas versiones aceptan tácitamente que un ciudadano pobre es potencialmente un ciudadano violento. Ambas versiones, implícitamente, contribuyen a «criminalizar la pobreza» en el imaginario de las masas despolitizadas de clase media que se informan básicamente a través de la TV. Tanto la versión A como la B impiden «de facto» una extensión contrasistémica y pacífica del conflicto político existente ya que la inmensa mayoría de la población siente pavor a la violencia organizada, independientemente de sus causas. Basta recordar como Sarkozy salió victorioso y fue el gran beneficiado de la oleada de incidentes similares ocurridos hace unos años en los suburbios de Paris. Incluso en el Mayo-68 pasó algo similar, con una victoria electoral final de las élites financieras. Los científicos sociales al servicio del poder tienen este fenómeno perfectamente estudiado y lo utilizan con destreza e impunidad cada vez que el clima de la protesta social (y por tanto de la politización de la sociedad) sube por encima de los niveles que ellos estimen peligrosos para sus intereses de clase. Este ambiente violento crea las bases para justificar ante la sociedad el control autoritario y policial de los mecanismos horizontales de comunicación a través de las redes sociales, a los que se acusará de haber servido de canal indispensable para que los actos vandálicos y el pillaje en las tiendas hayan podido producirse.

Personalmente nos parece más verosimil la versión C. Hay numerosos ejemplos que muestran el uso funcional del terrorismo y los climas de violencia inducida, como herramienta al servicio del poder, para el control social de las masas y la desactivación de la protesta política. Fue muy frecuente en todas las luchas altermundialistas de la década de los 90 y principios del nuevo siglo (especialmente en Londres), en donde todas las multitudinarias manifestaciones anticapitalistas eran reventadas por pequeños y misteriosos grupos encapuchados violentos. No pensamos que esos encapuchados violentos, que siempre aparecen en Londres, Barcelona u otros muchos lugares, sean anarquistas; su estrategia es demasiado funcional al poder. El anarcopacifismo (que hasta ahora es una de las principales líneas metodológicas del 15M) es la estrategia de acción más destructiva contra el poder de las clases dirigentes y, por tanto, más funcional para los intereses de la inmensa mayoría de la ciudadanía mundial. En cuanto a los marxistas y anarquistas más ortodoxos que aún puedan sentirse seducidos por la mística de la violencia como herramienta revolucionaria, solo les diría que, en nuestra opinión, si Marx o Bakunin hubieran nacido en 1975 no apostarían hoy por la lucha armada como ariete para derribar al capitalismo y para construir un nuevo modelo de sociedad. Quizás ellos hoy intentarían aportar sus puntos de vista y sus importantes herramientas de análisis social, dentro de algún gran movimiento asambleario, horizontalista e internacionalista, en Alemania, Inglaterra, Rusia, Grecia, Italia, EEUU…

marzo 24, 2011

Islám y Anarquismo

Nuevos paradigmas explicativos están emergiendo

La mayoría de los discursos islámicos vigentes están a años luz de su espíritu iniciático y revolucionario, y responden más a la necesidad de mantener las costumbres heredadas.

Están a años luz la mayoría de las instituciones que se presentan como guardines de la tradición, de los jeques y los monarcas, de los ministerios de asuntos religiosos, encargados de velar por la pureza doctrinal de las masas musulmanas. Es decir, por la supremacía de una visión reaccionaria del islam, pietista y alienante, que no cuestione el status quo.

Esta a años luz el salafismo, con su mediocre, anacrónica y alienante idolatría del pasado, su obsesión con la pureza doctrinal y ritual, con su rechazo malsano de la innovación, de la creatividad.

Esta a años luz ese “islam moderado”, “liberal” o “progresista” que los poderes de occidente tratan de promocionar, aparentemente como antídoto del fundamentalismo, pero en realidad como un medio de desactivar las potencialidades revolucionarias del islam, de modo que no interfiera en sus planes de dominio planetario y de expansión del capital.

Sin ocultar las diferencias entre la religión islámica y la tradición libertaria, Abdennur Prado nos muestra que en aspectos como el antiestatismo, la justicia social o el apoyo mutuo, los textos del profeta Muhammad o de ciertos intelectuales islámicos coinciden con la lógica libertaria. El rechazo de la opresión y la lucha contra la injusticia social forman parte de las enseñanzas del islam, así como la prohibición de la usura, de los monopolios, de la acumulación de la riqueza… Todo ello repugna profundamente al musulmán.

La posición de Avempace, el turco sheij Bedreddim o Ibn Jaldún, que «antepuso el ideal ético de la ayuda mutua y la cooperación entre los miembros de una comunidad a la obediencia al Estado», pone en relación algunas de las fuentes clásicas del islam con la lógica antiautoritaria y comunista o colectivista de la tradición libertaria. En este sentido, cuando el autor nos habla de misticismo o de «anarquismo místico», hace referencia a una espiritualidad libre, sin clérigos ni dogmas, que «antepone la experiencia a la creencia», que lejos de abstraerse de la realidad está arraigada a la tierra y a la vida, y que repele cualquier mediación o codificación por parte de la religión instituida.

«Si atendemos a la biografía y a las palabras del Profeta, pocos pueden poner en duda que Muhámmad fue un auténtico revolucionario, que lanzó un mensaje igualitario, en nombre de los oprimidos, en contra de las oligarquías de su tiempo. Un mensaje plenamente vigente, en el cual la liberación colectiva es inseparable de la liberación individual, de la superación del egoísmo y el trabajo de pulimento del ego, para que pueda reflejar las más nobles cualidades. Un mensaje de retorno a nuestra naturaleza más profunda», comenta Abdennur.

El islám como anarquismo místico

septiembre 15, 2010

Huelga General 29-S

No al Capital, Huelga General. Las fuerzas de progreso comienzan por fin a unirse.

septiembre 7, 2010

Kropotkin, la ayuda mutua y el origen de las religiones

Kropotkin, un gigante del pensamiento que nos propone una antropología siempre vanguardista

(Textos tomados del Prólogo y las conclusiones de la obra «El Apoyo Mutuo: Un factor de la Evolución», del científico anarquista Piotr Kropotkin:

«En el mundo animal nos hemos persuadido de que la enorme mayoría de las especies viven en sociedades y que encuentran en la sociabilidad la mejor arma para la lucha por la existencia, entendiendo, naturalmente, este término en el amplio sentido darwiniano, no como una lucha por los medios directos de existencia, sino como lucha contra todas las condiciones naturales, desfavorables para la especie. Las especies animales en las que la lucha entre los individuos ha sido llevada a los límites más restringidos, y en las que la práctica de la ayuda mutua ha alcanzado el máximo desarrollo, invariablemente son las especies más numerosas, las más florecientes y más aptas para el máximo progreso. La protección mutua, lograda en tales casos y debido a esto la posibilidad de alcanzar la vejez y acumular experiencia, el alto desarrollo intelectual y el máximo crecimiento de los hábitos sociales, aseguran la conservación de la especie y también su difusión sobre una superficie más amplia, y la máxima evolución progresiva. Por lo contrario, las especies insaciables, en la enorme mayoría de los casos, están condenadas a la degeneración.

Pasando luego al hombre, lo hemos visto viviendo en clanes y tribus, ya en la aurora de la Edad Paleolítica; hemos visto también una serie de instituciones y costumbres sociales formadas dentro del clan ya en el grado más bajo de desarrollo de las primeras comunidades humanas. Y hemos hallado que los más antiguos hábitos y costumbres tribales dieron a la humanidad, en embrión, todas aquellas instituciones que más tarde actuaron como los elementos impulsores más importantes del máximo progreso. Del régimen tribal de los salvajes nació la comuna aldeana de los «bárbaros», y un nuevo círculo aún más amplio de hábitos, costumbres e instituciones sociales, una parte de los cuales subsistieron hasta nuestra época, se desarrolló a la sombra de la posesión común de una tierra dada y bajo la protección de la jurisdicción de la asamblea comunal aldeana en federaciones de aldeas pertenecientes, o que se suponían pertenecer a una tribu y que se defendían de los enemigos con las fuerzas comunes. Cuando las nuevas necesidades incitaron a los hombres a dar un nuevo paso en su desarrollo, formaron el derecho popular de las ciudades libres, que constituían una doble red: de unidades territoriales (comunas aldeanas) y de gremios surgidos de las ocupaciones comunes en un arte u oficio dado, o para la protección y el apoyo mutuos. También hemos considerado cuán enormes fueron los éxitos del saber, del arte y de la educación en general en las ciudades medievales que tenían derechos populares.

En su lucha por la vida -dice Kropotkin- el hombre primitivo llegó a identificar su propia existencia con la de la colectividad, y sin tal identificación jamás hubiera llegado la humanidad al nivel en que hoy se halla. Si los pueblos «bárbaros» parecen caracterizarse por su incesante actividad bélica, ello se debe, en buena parte al hecho de que los cronistas e historiadores, los documentos y los poemas épicos, sólo consideran dignas de mención las hazañas guerreras y pasan casi siempre por alto las proezas del trabajo, de la convivencia y de la paz. Gran importancia concede a la comuna aldeana y la propiedad compartida de la tierra, institución universal y célula de toda sociedad futura, que existió en la gran mayoría de los pueblos y sobrevive aun hoy en algunos. En ella no sólo se garantizaban a cada campesino los frutos de la tierra común sino también la defensa de la vida y el solidario apoyo en todas las necesidades de la vida. Enuncia una especie de ley sociológica al decir que, cuanto más íntegra se conserva la obsesión comunal, tanto más nobles y suaves son las costumbres de los pueblos. De hecho, las normas morales de muchos pueblos pre-románicos eran muy elevadas y su derecho penal relativamente humano frente a la crueldad del derecho romano o bizantino.

Sin embargo, la gran importancia del principio de ayuda mutua aparece principalmente en el campo de la ética, o estudio de la moral. Que la ayuda mutua es la base de todas nuestras concepciones éticas, es cosa bastante evidente. Pero cualesquiera que sean las opiniones que sostuviéramos con respecto al origen primitivo del sentimiento o instinto de ayuda mutua -sea que lo atribuyamos a causas biológicas o bien sobrenaturales- debemos reconocer que se puede ya observar su existencia en los grados inferiores del mundo animal. Desde estos grados elementales podemos seguir su desarrollo ininterrumpido y gradual a través de todas las clases del mundo animal y, no obstante, la cantidad importante de influencias que se le opusieron, a través de todos los grados de la evolución humana hasta la época presente.

Aún las nuevas religiones que nacen de tiempo en tiempo nunca fueron más que la afirmación de ese mismo principio. Hallaron sus primeros continuadores en las capas humildes, inferiores, oprimidas de la sociedad, donde el principio de la ayuda mutua era la base necesaria de la vida cotidiana; y las nuevas formas de unión que fueron introducidas en las antiguas comunas budistas y cristianas, en las comunas de los hermanos moravos, etc., adquirieron el carácter de retorno a las mejores formas de ayuda mutua que se practicaban en el primitivo período tribal. Cada vez que se hacia una tentativa para volver a este venerado principio antiguo, su idea fundamental se extendía. Desde el clan se prolongó a la tribu, de la federación de tribus abarcó la nación, y, por último -por lo menos en el ideal-, toda la humanidad. Al mismo tiempo, tomaba gradualmente un carácter más elevado.

En el cristianismo primitivo, en las obras de algunos predicadores musulmanes, en los primitivos movimientos del período de la Reforma y, en especial, en los movimientos éticos y filosóficos del siglo XVIII y de nuestra época se elimina más y más la idea de venganza o de la «retribución merecida»: «bien por bien y mal por mal». Llegamos así a la más elevada concepción moral: -No vengarse de las ofensas-, y el principio: «Da al prójimo sin contar, da más de lo que piensas recibir». Estos principios se proclaman como verdaderos principios rectores de la ética, como principios que ocupan más elevado lugar que la simple «equivalencia», la imparcialidad, la fría justicia, como principios que conducen más rápidamente mejor a la felicidad. Incitan al hombre, por esto, a tomar por guía, en sus actos, no sólo el amor, que siempre tiene carácter personal o, en el mejor de los casos, carácter tribal, sino la concepción de su unidad con todo ser humano, por consiguiente, de una igualdad de derecho general y, además, en sus relaciones hacia los otros, a entregar a los hombres, sin calcular la actividad de su razón y de su sentimiento y hallar en esto su felicidad superior. En la práctica de la ayuda mutua, cuyas huellas podemos seguir hasta los más antiguos rudimentos de la evolución, hallamos, de tal modo, el origen positivo e indudable de nuestras concepciones morales, éticas, y podemos afirmar que el principal papel en la evolución de la humanidad fue desempeñado por la ayuda mutua y no por la lucha mutua».

marzo 15, 2010

Thomas Müntzer y el anarco-comunismo religioso

El Sermón a los príncipes y La novela "Q" del colectivo Luther Blisset (Wu Ming)

En Agosto de 1524, el cristiano Thomas Müntzer llegó a ser uno de los líderes de la sublevación que posteriormente fue conocida como la Guerra de los Campesinos. Uno de sus “gritos de batalla” fue Omnia sunt communia, o «todo es de todos», todas las cosas nos son comunes. Müntzer tuvo el valor de afirmar ante los príncipes que laicos y campesinos pobres vivían oprimidos bajo el yugo de gobernantes corruptos guiados por malos sacerdotes. Lo más destacado de su mensaje fue su interpretación revolucionaria del evangelio, llegando a la conclusión de que, cuando las autoridades no cumplen rectamente su papel, «la espada les será quitada». Thomas Müntzer fue un anarco-comunista religioso, uno de los peores crímenes que, antes y hoy, puede ser cometido contra el poder, como bien saben muchos teólogos de la liberación.

Müntzer no se limitó a predicar: fundó una organización clandestina revolucionaria y finalmente el 7 de agosto se unió a la rebelión de los campesinos. El 15 de mayo de 1525, en la batalla de Frankenhausen, al menos 6.000 campesinos perdieron la vida aplastados por el poder combinado de los príncipes, los banqueros y los terratenientes. Müntzer fue capturado, azotado, torturado y decapitado el 27 de mayo de 1525.

Su ejemplo no obstante ha servido de impresionante testimonio a numerosas comunidades pacifistas y anarco-religiosas diseminadas hoy por todo el mundo. Su mensaje y su lucha entronca con otros movimientos revolucionarios espiritualistas (cristianos, islámicos, judáicos, budistas, hinduístas) ferozmente perseguidos por el capitalismo de los príncipes, banqueros y terratenientes que aspiran a seguir conservando sus privilegios cinco siglos después.

febrero 24, 2010

Software y anarquismo

Épocas distintas, la misma lucha. La libertad siempre ha escocido a los imperios.

Cada día que pasa el capitalismo criminal muestra con mayor claridad su auténtica esencia liberticida. Cuando ellos hablan de «libertad» realmente quieren decir férreo control político, generación de dependencia, colonialismo, sumisión, esclavitud. Cuando la auténtica LIBERTAD aflora se sienten amenazados y deciden atacarla con todas las armas a su alcance. Así puede entenderse su agresión al software libre:

El eje del mal del software libre

Hoy más que nunca usa software libre. El imperio está tocado. Vamos bien. Nunca el mundo podrá agradecer suficientemente a los gigantes anarquistas, a Richard Stallman y a toda la comunidad del Conocimiento Libre lo que están haciendo por el progreso de la humanidad  frente al fascio-capitalismo de las corporaciones.

diciembre 8, 2009

El derecho de herencia y la reproducción de la desigualdad

La desigualdad se reproduce a si misma mediante diversos mecanismos de represión, explícita o implícita, desplegados contra los grupos humanos más empobrecidos. La represión explícita suele producirse por vía policial o militar, mientras que la implícita es de tipo cultural y mediático. Sin embargo existe otra potente herramienta para la reproducción de la desigualdad que los clásicos anarquistas supieron ver con claridad y que, en los últimos tiempos, parece ser objeto de nuevos análisis teóricos. Esta herramienta para la perpetuación de privilegios no es otra que el derecho de herencia. Reproducimos a continuación un pequeño fragmento de Mijail Bakunin sobre esta cuestión:

«El derecho de herencia, en nuestra opinión, debiera suprimirse, ya que mientras exista perdurará la desigualdad económica hereditaria, no la desigualdad natural de los individuos, sino la desigualdad artificial de clases -y ello siempre engendrará la desigualdad hereditaria en el desarrollo y la formación de las mentes, y cuya continuación sería la fuente y la consagración de todas las desigualdades políticas y sociales. La tarea de la justicia es establecer la igualdad para cada uno, pues aquella igualdad dependerá de la organización económica y política de la sociedad- una igualdad con la que cada uno va a comenzar su vida, y por la que cada uno, dirigido en su propia naturaleza, será el producto de sus propios esfuerzos. En nuestra opinión, la propiedad de los difuntos debería acumularse a los fondos sociales para la instrucción y la educación de los niños de ambos sexos, que incluye la manutención de ellos desde su nacimiento hasta que alcancen la mayoría de edad.»

Nuestro total acuerdo en este punto con el ilustre pensador ruso. La abolición del derecho de herencia es un objetivo legítimo para la construcción de un modelo de sociedad auténticamente humanista.

Tomado de Socialismo sin Estado: Anarquismo

octubre 8, 2009

Anarquismo religioso

Desde Génova hasta Porto Alegre, pasando por Estambúl y por otras muchas ciudades,  el movimiento altermundialista se convierte en una fuerza ascendente. En estas marchas y concentraciones confluyen líneas de pensamiento diferentes en apariencia pero con profundas coincidencias en el fondo. En este contexo podemos analizar el auge del anarquismo religioso o de la religiosidad anarquista, si se prefiere, como un potente tronco de lucha contracultural frente al decadente paradigma capitalista, postmderno y nihilista.

Prueba de la fuerza vital de esta corriente, inaugarada hace siglos de manera «oficial» por Leon Tolstoi, tenemos otros autores de plena actualidad tales como Iván Ilich, Jacques Ellul (padres del movimiento decrecentista), Vernard  Eller (Cristianismo anarquista) o Dave Andrews (espiritualismo radical anarquista).

También se preparan libros(*) sobre el tema para este otoño (alasbarricadas-noticias) o nuevos blogs de carácter internacional como Jesus Radicals. Esta corriente anarco-religiosa no se agota ni mucho menos con el cristianismo ya que también hay experiencias de vanguardia que comienzan a dibujar con fuerza un islamo-anarquismo o un budismo libertario. Verdades emergentes en un mundo que camina  sonánbulo por el delgado cable de la bancarrota ética capitalista.

(*) Religious_Anarchism (Descarga de una amplia reseña de la obra en Inglés)

julio 2, 2009

Socialismo libertario y ética cristiana

anarcocristianoEl Evangelio cristiano destila redistribución de la riqueza y desdén hacia la acumulación privada por todos sus poros:

«La gente le preguntaba: ¿Qué debemos hacer?. El les contestaba: El que tenga dos capas dé una al que no tiene y quien tenga que comer haga lo mismo» (Lc 3, 10-11).

Son consejos de vida, anclados en la realidad. En la época de Jesús también había desigualdad, había pobres y ricos. Evidentemente las capas y otros bienes materiales estaban en las casas de la gente, no brotaban en medio de los caminos. Pero ayer como hoy había apropiación especulativa y codiciosa de esos bienes y por eso el palestino más famoso de la historia decía que contra la apropiación el camino es la renuncia, en aras de la redistribución. La acumulación de propiedad privada no sólo no es necesaria para vivir sino que llega a convertirse en un obstáculo insalvable para la práctica crisitiana. La salvación de un acumulador de riqueza se equipara a la posibilidad de que un camello (es decir, una soga) pase por el ojo de una aguja. Es imposible. Jesús de Nazaret nos da a entender claramente que tras cualquier forma de acumulación o especulación subyace una forma de robo que debe ser corregida sin demora. Ni siquiera un ciego puede dejar de ver eso.

«No amontonéis riquezas en la tierra…pués donde están tus riquezas está también tu corazón» (Mt 6, 19).

El Evangelio de San Mateo es radicalmente incompatible con el capitalismo.

Mucho de lo que se predica ahí está en la línea del socialismo libertario, como muy bien entendió Leon Tolstoi. No hay autoritarismo en la enseñanza de Jesús, el palestino galileo, pero sí una pauta de acción extremadamente clara. Otra cuestión podría ser cual es el agente que debe «ejecutar» esa redistribución: el indivíduo, el pueblo, la comunidad, el estado, la cooperativa… pero el hecho de que hay una OPCIÓN PREFERENCIAL POR EL POBRE y un principio axiomático que apuesta por la REDISTRIBUCIÓN DE LOS BIENES es completamente incuestionable. El capitalismo supone una negación de facto de estos principios básicos del cristianismo, ya que ignora al pobre condenándolo a la muerte o la miseria y se nutre de la acumulación para su propia supervivencia.

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