
La estrategia de engordar al monstruo salafista cercena el ansia de liberación de millones de personas en África y Medio Oriente
El wahabismo/salafismo es la tendencia más retroǵrada, asesina y radical de todas las posibles dentro del Islám. Se trata de una peligrosa secta fanática y filoterrorista, con abundante apoyo político y financiero procedente de Arabia Saudí y otras dictaduras del Golfo, que aún en nuestros días no dudan en decapitar mujeres acusadas de brujería. Esta corriente era muy minoritaria en el mundo musulmán hasta 1938, fecha en la que se descubren y comienzan a explotarse los fastuosos yacimientos petroleros de la península arábiga. Es un movimiento expansionista, con vocación imperialista, y es precisamente este cártel del fundamentalismo religioso más funesto el que está tomando el poder en Libia y el que pretende tomarlo en Siria, con el apoyo de la OTAN. Los intereses por el control de los recursos naturales están creando una alianza cada vez más abierta entre Al-Qaeda (patrocinada por saudíes y otras tiranías aliadas) y gobiernos occidentales. La ceguera capitalista está alimentando al monstruo con el único objetivo de salvaguardar los privilegios económicos de ciertas élites frente a los más elementales derechos a la vida, a la libertad y a la libre práctica religiosa de cientos de millones de seres humanos en África y todo el Medio Oriente. También es necesario tener presene que el shiísmo es una obsesión secular del wahabismo, y que sus fieles son considerados como herejes dignos de ser exterminados. De ahí los continuos atentados terroristas de corte yihadista-salafista contra comunidades chítas en múltiples países. De ahí el porqué de toda la brutal presión internacioal contra Irán y contra sus aliados tradicionales, como puede ser el caso de Siria o de ciertos grupos libaneses. Las minorías shíies en diveros países de la zona están incluso temiendo un nuevo holocausto contra ellas, de parecida manera a lo experimentado por comunidades judías en la Europa Central durante la Segunda Guerra Mundial. Es interesante al respecto este artículo publicado en el New York Times.
El error de los gobiernos occidentales está siendo descomunal ya que se está apostando por engordar y alimentar abiertamente al monstruo salafista, por puros intereses monetarios y coloniales en el corto plazo. El capitalismo euronorteamericano está despreciando profundamente los ideales de democracia y libertad, apostando por un movimiento fascioterrorista y totalitario, con el cálculo perverso de que estarán más capacitados para garantizar sus intereses coloniales en esa estratégica zona del planeta, aún a costa de aplastar los derechos de sus habitantes. Un error similar, salvando las distancias históricas, fue cometido con el Nazismo, cuando fue tolerado y alimentado por Gran Bretaña y Francia en sus inicios, debido a su clara vocación antisindical y anticomunista. La expansión del salafismo constituye además un gravísimo riesgo para la existencia y la seguridad de las antiguas comunidades cristianas asentadas en Siria, Egipto, Líbano y otros lugares de Oriente Medio desde tiempos inmemoriales, tal como han declarado en entrevistas recientes el Arzobispo de Alepo en Siria, Monseñor Jeanbart o el patriarca Melquita Gregorio III, desde Antioquía (1). Paradójicamene son grupos ultraortodoxos cristianos los que más están peleando para que se difundan los puntos de vista de estos religiosos, ante el silencio cómplice, estúpido e incomprensible de la mayor parte de medios periodísticos occidentales.
Para saber mucho más sobre ese engendro inmensamente criminal llamado «Arabia Saudí» no dudes en visitar este magnífico y completo artículo: Saudi Aramco: La discreta tiranía global , del blog La Pizarra de Yuri. También se recomienda la entrada Salafismo, imperialismo, terrorismo, historia de una relación y su continuación para entender los entresijos históricos del ascenso del salafismo y de su pacto de sangre para salvaguardar los intereses de las grandes multinacionales del petróleo y el armamento en la región. El cinismo decrépito de eso que llaman «Occidente» no tiene límites.
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(1). Esta bitácora, alterglobalizacion, no comparte en absoluto los puntos de vista generales expresados en la web religionenlibertad.com, citada en esta entrada. Sin embargo hemos considerado muy relevante la información contenida en esas dos entrevistas, publicadas por ellos. Sentimos no haber sido capaces de encontrar dichas entrevistas en otras fuentes originales.