Posts tagged ‘humanismo’

octubre 16, 2014

«Frente de Izquierdas»: Una marca política ineficiente

En el pasado mes de Mayo del presente año se celebraron elecciones al Parlamento Europeo, con unos resultados que merecen un análisis sosegado. Tanto en España (Izquierda Plural -10%), como en Alemania (Die Linke – 7%), Francia (Front de Gauche – 6%), como  en Portugal (Bloco de Esquerda – 4%), las coaliciones que decidieron utilizar la etiqueta «LaIzquierda» en su identificación electoral obtuvieron unos resultados bastante limitados. En otros países como Italia, Bélgica, Holanda, Reino Unido y países del Este también pudo observarse como las formaciones autodenominadas «De izquierda» o bien repitieron los resultados conseguidos 5 años antes (cuando aún estábamos en el inicio de la crisis) o bien perdieron votos y escaños. (Elordi, C. Cuadernos de eldiario.es #06 – pg.80). Solo la Grecia de Syriza (26%) supuso una excepción a esta regla general.

Por otro lado salta a la vista el hecho de que fueron los movimientos con fuertes tintes identitarios y localistas los que más subieron en estos comicios. Buenos ejemplos podrían ser los de Francia (Front National – 25%), Reino Unido (UKIP – 26% ), Irlanda (Sinn Fein – 17%), Euskadi (Bildu – 23%), Bélgica (Vlaamse), Escocia (SNP), , …

Los hechos demuestran una vez más de forma clara que en contextos de fuerte crisis capitalista las organizaciones expresamente  autodefinidas como «de izquierdas» no son capaces de rentabilizar electoralmente el desencanto social mientras que otros grupos políticos que se agarran a la especificidad lingüística-cultural, al euroescepticismo económico y a la defensa de su propia soberanía política anclada en lo local (dejando en segundo plano su hipotética adscripción izquierdista o derechista), multiplican sus apoyos. Para entender este fenómeno resulta muy conveniente acudir a autores contrastados como Karl Polanyi que ya en 1948 («La Gran Transformación») nos explicaba como el grado de violencia estructural necesario para imponer un mercado internacional desregulado genera inevitablemente una reacción defensiva de igual o parecida fuerza por parte de los pueblos que se niegan a aceptar su sumisión a poderes despóticos externa y minoritariamente controlados. La historia demuestra que esta resistencia siempre tiende a hacerse más fuerte y operativa a través del énfasis en lo local e identitario, muy por delante de enfoques con débil aceptación popular que postulan el internacionalismo obrero como estrategia de defensa ante la agresión. Analizar este fenómeno en términos de «izquierdas buenas y perdedoras» frente a  «derechas malas y ganadoras» no deja de ser, cuanto menos, un planteamiento simplista, melancólico e ineficiente desde el punto de vista de la búsqueda de la necesaria superación del sistema imperante. Este esquema de análisis, además, no permite explicar la realidad ya que algunas de las opciones nacionalistas a las que antes hemos hecho alusión son progresistas en sus planteamientos sociales (Bildu, Sinn Féin), mientras otras son conservadoras (FN, UKIP). Si bien es cierto que el fantasma amenazador de la xenofobia (provocado por la fuerte carga de miedo difuso hacia el diferente que nos inocula el sistema) siempre acecha, hay un punto de conexión entre todas esas marcas electorales en la defensa de lo autóctono, la soberanía identitaria y la lucha tenaz contra un capitalismo globalizado y unos mercados inequívocamente depredadores. Insistir en esa estrategia de comunicación política que levanta la bandera del abstracto «Frente de Izquierdas» a pesar de que los resultados históricos cuestionan su validez de forma tozuda, equivale a pretender que la realidad sociológica se acomode a nuestros esquemas en lugar de construir una estrategia política que parta del conocimiento profundo de dicha realidad como punto de arranque para intentar transformarla. Los electores tomarán partido por aquellos grupos que logren ser percibidos como sólidos garantes de sus derechos culturales, sociales y laborales. Su autodefinición explícita como izquierdistas o derechistas no supone ningún valor añadido para esas organizaciones, sino más bien al contrario, una fuente de sospecha y escepticismo para el potencial elector.

Nuestras conclusiones personales, a raíz de la reflexión acerca de los resultados de las últimas elecciones europeas son:

– Por regla general las candidaturas electorales que opten por autoetiquetarse expresamente como «Frente de Izquierda» o «Bloque de Izquierda» tendrán un techo electoral muy limitado, a no ser que se asocien expresamente con una opción soberanista, como es el caso de ERC en Catalunya.

– Los movimientos políticos más prometedores estarán asociados a opciones que se decantan por la horizontalidad, la regeneración ética de la sociedad, el uso decidido de las nuevas tecnologías para la profundización democrática, la transversalidad, la búsqueda valiente del bien común frente a los oligopolios empresariales, la participación directa de la ciudadanía como fuente de poder y la lucha decidida contra la corrupción. (M5S en Italia, Podemos en España…).

– El internacionalismo, siendo completamente necesario como vía definitiva para la superación del funesto capitalismo que nos asola, debe ser introducido mediante nuevas herramientas y estrategias de comunicación política, mucho mejor coordinadas entre los movimientos sociales de diferentes países.

– Los movimientos ecologistas críticos con el sistema (Partidos «Verde» alternativos) de carácter transversal, bien asentados en todos los países de la Europa del norte, también suponen una importante fuente de legitimidad política que debe ser potenciada en la construcción de nuevas marcas electorales con vocación transformadora.

– Los planteamientos del libertarismo social y autogestionario podrían constituir una buena fuente de fundamenación política para la construcción de alternativas presentadas bajo la forma de una nueva centralidad humanista y post-capitalista.

– Frente a una política tradicional que ha huído del establecimiento de límites y controles (en la economía financiera, en la producción material, en la acumulación de riqueza, cargos o poder institucional, en la generación de impactos sobre los ecosistemas…) comenzarán a gozar de mucho mayor prestigio las marcas electorales que planteen abiertamente la necesidad de la limitación y el control en todos los aspectos anteriores, así como en el reparto efectivo del poder realmente existente.

– Las opciones políticas exitosas parten del apego al terreno, se anclan en lo local, para (a partir de ahí) elevarse progresivamente hacia lo global. Etiquetar esto como izquierda o derecha resulta, cuanto menos, ineficiente como estrategia de comunicación orientada al crecimiento significativo en el número de apoyos y en el respaldo popular que pudiera llegar a alcanzar una determinada marca electoral. La variable fundamental para predecir su éxito en las urnas vendrá determinada por la credibilidad del proyecto y sus candidat@s, por la capacidad de empatizar con la gente corriente y, sobre todo, por la carga de ilusión por el cambio que puedan llegar a generar las propuestas de acción que se lanzan a la ciudadanía. Dejar que cada cual decida que etiqueta usar para definir el perfil ideológico implícito en dicha propuesta parecer ser la estrategia más inteligente. Ahora mismo no son «frentes de izquierda» lo que necesitamos. Desde el punto de vista de la comunicación política nos serán mucho más útiles las «alianzas ciudadanas», frentes del 99% generadores de nuevos imaginarios colectivos y nuevos modelos de sociedad que tengan en el reparto efectivo y horizontal del poder su principal brújula ideológica. En donde algunos verán una peligrosa radicalidad izquierdista otr@s veremos una nueva racionalidad centrista, humanista y post-capitalista sólidamente asentada en el más diáfano sentido común.

enero 24, 2014

La redistribución del poder como brújula política

brujula_politicaUna de las cuestiones ineludibles que esta profunda crisis sistémica está poniendo de relieve es la necesidad de impulsar nuevos principios organizativos que deberán regir la transición hacia un futuro diferente. Uno de estos principios básicos es la redistribución progresivamente equitativa del poder en todos sus ámbitos y manifestaciones posibles. Redistribuir el poder va mucho más allá de la simple y «loable» pretensión de actuar contra la pobreza. La distinción entre ambos objetivos mantiene un claro paralelismo con la que podemos establecer entre caridad y justicia. La caridad no cuestiona el equlibrio asimétrico de poder inherente al orden establecido ni cuestiona la existencia de unas minorías poseedoras y unas mayorías depauperadas que deben esperar pacientemente el favor de las élites. El principio de redistribución del poder parte de unas premisas muy diferentes que no solo apelan a la ética humanista sino, sobre todo, a la racionalidad socioeconómica, al bien común y al equilibrio biofísico de nuestro entorno vital.  El principio de redistribución del poder tiene implicaciones en multiplicidad de áreas, con diferentes ejemplificaciones:

* Redistribución progresivamente equitativa del poder, en cuanto a la arquitectura institucional, significa buscar una democracia participativa que desborde el marco de la democracia representativa: Iiniciativas legislativas ciudadanas, wikiproyectos legislativos, consultas vinculantes, listas abiertas con referendums revocatorios de mandato, reformas de leyes electorales para la democracia inclusiva y equitativa en el valor del voto, consejos deliberativos, asambleas populares con capacidad de autogestión, procesos transparentes de rendición de cuentas, blindajes normativos contra la corrupción, gestación de nuevas soberanías y empoderamientos ciudadanos, organizaciones políticas horizontalistas, presupuestos participativos…

* Redistribución progresivamente equitativa del poder, en el campo de la energía, es posibilitar que las redes de distribución de la corriente eléctrica sean bidireccionales en lugar de las actualmente unidireccionales, para que cada individuo pueda introducir energía autogenerada en la red, además de extraerla. De esta forma se establecería un balance energético que podría salir positivo o, a veces, negativo. (Tercera Revolución Industrial, propuesta por Jeremy Rifkin y otros).

* Redistribución progresivamente equitativa del poder, en el campo de la propiedad intelectual, sería disminuir drásticamente el periodo de validez de las patentes y las licencias copyright, para que todo el conocimiento pueda pasar al dominio público con mucha mayor rapidez. También es optar decididamente por los modelos «opensource» en software, hardware, cultura, arte, música, diseños industriales…

* Redistribución progresivamente equitativa del poder, en el campo del comercio es apostar decididamente por las cooperativas integrales de producción/consumo, los mercados sociales, por el pequeño comercio de proximidad frente a la gran superficie y frente a las grandes distribuidoras.

* Redistribución progresivamente equitativa del poder, en el campo de la agricultura, es defender al pequeño agricultor, a la agricultura ecológica, desmantelar progresivamente los grandes latifundios de monocultivo en manos de unos pocos dueños o pelear contra las semillas transgénicas esterilizadas y sus pesticidas asociados que generan dependencia y empobrecimiento en los pequeños productores.

Así podríamos seguir poniendo ejemplos múltiples en el campo de la información, la educación, la sanidad y finalmente en la economía monetaria. (Banca pública ética y democrática, lucha decidida contra los paraísos fiscales, gravámenes especiales sobre las grandes inversiones publicitarias, renta básica universal, insumisión contra la industria de los juegos de azar, [auto]limitación de la renta máxima disponible, monedas complementarias, bancos de tiempo, economía del bien común, rediseño de los indicadores que nos ayudan a evaluar la marcha de la economía…)

Como vemos, el principio de «Redistribución progresivamente equitativa del poder» es esencialmente político. Constituye un buen filtro, unas «gafas de ver», una «prueba del algodón» para poder evaluar si una medida propuesta o aplicada por cualquier partido gobernante o de oposición es limpia y si está encaminada hacia la búsqueda del bien común o no. Este principio nos da pie a imaginar una lista interminable de iniciativas que irían mucho más allá de la meramente cosmética recomendación del FMI de «actuar contra la pobreza». No son izquierdas contra derechas, es centralidad contra extremismo, es equilibrio contra asimetría. El progreso opera en diagonal.

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¿Buscamos el origen de coordenadas, buscamos el centro?

 

junio 11, 2013

Sociedad vertical, modelo autoritario

En la cúspide los grandes propietarios, directivos de multinacionales y terratenientes. Debajo los políticos profesionales, más abajo l@s trabajadores remunerados y por últimos, la clase más numerosa, l@s trabajador@s precarizad@s, invisibles o esclavizad@s precarizados.

En la cúspide los grandes propietarios, directivos de multinacionales y terratenientes. Debajo los políticos profesionales y burocracias de gestión a su servicio, más abajo l@s trabajadores remunerados y por último, la clase más numerosa e importante: l@s trabajador@s precarizad@s, invisibilizad@s o esclavizad@s sobre cuyos hombros descansa todo el sistema.

La sociedad vertical hace alusión a un modelo organizativo en donde los seres humanos se dividen en clases, capas o estratos que se van apilando estructuralmente unos sobre otros. Es fuertemente piramidal y jerárquica, de manera que los estratos superiores incluyen cada vez a un menor número de individuos que, a su vez, ejercen un cada vez mayor control político y económico sobre las capas sociales inferiores. Su hilo conductor es la explotación y la posición de dominio que las clases altas ejercen sobre todas las capas o clases sociales que van quedando por debajo de la suya. Una característica definitoria de este modelo es la legitimación social de la desigualdad como algo lógico, natural e inevitable, y el autoritarismo que las élites ejercen sobre los subordinados para mantener la estabilidad del sistema y, por consiguiente, su propia matriz de privilegios. La sociedad vertical no es de izquierdas ni derechas, ya que en la historia podemos contemplar numerosos ejemplos de este tipo de sociedades bajo unos supuestos parámetros de búsqueda de la igualdad o, incluso, de una hipotética eliminación del control de los medios de producción por parte de la plutocracia. También existen numerosos ejemplos de sociedades verticales construidas a partir de unas premisas de supremacía étnica, cultural, patriótica o religiosa de unas clases sociales o grupos identitarios, en detrimento de otros. La sociedad en la que vivimos se compadece bien con una sociedad vertical, en nuestro caso ordenada en base a una dimensión básicamente monetaria y de propiedad privada de bienes materiales. Conceptos tales como jerarquía de mando, competitividad, liderazgo, control, autoridad o hegemonía cultural son ideas-fuerza que impregnan, a veces de manera implícita y otras de forma completamente explícita, toda esta cosmovisión. En la sociedad vertical el fin justifica los medios, medios que pueden llegar a presentar una total ausencia de ética, siempre que nos permitan ejercer el control funcional sobre las clases inferiores. En cierta forma podríamos hablar de una sociedad empalada por el eje vertical del dinero, la riqueza y el poder privado, ejercido por parte de una élite, clase, nomenklatura, comité, familia, clan o individuo.

Como contrapunto a esta forma de organización social podríamos hablar de sociedad horizontal, construida bajo unas líneas maestras de carácter social, político, jurídico, económico y discursivo completamente diferentes. Los principios básicos, en este caso, son la toma de decisiones abierta y participativa, el apoyo mutuo, el respeto, la transparencia, la distribución y reparto escrupuloso del poder, la sólida fundamentación ética de las leyes, la salvaguarda a los derechos de todos los individuos como seres dotados de dignidad, y sobre todo, la supremacía moral absoluta de los medios sobre los fines. Ningún fin, por muy loable que pudiera parecer, puede justificarse si para su consecución hubiera que acudir a métodos que colisionen con la dignidad inalienable de los seres humanos más vulnerables. La sociedad horizontal tampoco es de izquierdas ni de derechas. Es simplemente un proyecto altermundista, humanista y libertario, un proyecto postcapitalista de emancipación respecto a todo tipo de derivas autoritarias o formas de explotación y dominación de unas clases, capas o estratos sociales sobre los demás. No se trata de decidir entre izquierdas o derechas. Se trata, más bien, de elegir entre una democracia que emerge frente al sueño distópico y totalitario de un poder opresor, entre un presente corrupto y decadente anclado en el pasado o un futuro sostenible y humanista para nuestra especie.

diciembre 5, 2012

Puente Constituyente: Nosotros nos acusamos

La Coordinadora 25S convoca #PuenteConstituyente

NOSOTROS NOS ACUSAMOS… Encontré el texto en la cuenta fb del Partido Humanista de Chile. Compartimos100%

YO ME ACUSO:<br /><br /><br /> -Yo me acuso de participar activamente en el movimiento15M y sus asambleas, sus manifestaciones, y sus acciones. Así como apoyar la difusión de otros movimientos emergentes en todos los lugares (Revolución Islandesa, Occupy, YoSoy132, Primavera Árabe, Primavera estudiantil, Pueblos originarios, Comunidades de paz, etc.).<br /><br /><br /> -Yo me acuso de tratar de respetar sus principios básicos de inclusividad, horizontalidad (ni jefes, ni amos), igualdad, pensamiento colectivo y noviolencia.<br /><br /><br /> -Yo me acuso de querer un nuevo modelo de sociedad en la que se de prioridad a las personas por encima de la tiranía financiera y sus devastadoras consecuencias. En donde las necesidades básicas de tod@s queden resueltas. En donde, ni seamos, ni nos tomen, por mercancía en manos de políticos corruptos, especuladores y banqueros.<br /><br /><br /> -Yo me acuso de apoyar todas las mareas, plataformas, coordinadoras, etc. que de forma asamblearia y vinculante trabajen por los derechos sociales de tod@s, en la defensa de la salud, la educación, el empleo, la vivienda, la cultura, y en general la mejor calidad de vida de las personas. Que trabajen por una democracia real y participativa desde la base social.<br /><br /><br /> -Yo me acuso de no desconfiar de mis compañer@s de asamblea, aunque no siempre pensemos igual y tengamos puntos de vista distintos. De querer aprender y enriquecerme de las propuestas de l@s otr@s, de mantener una actitud de escucha activa ante los nuevos argumentos y tratar de entendernos para buscar puntos en común que nos lleven a la acción.<br /><br /><br /> -Yo me acuso de no discriminar a otras personas por su raza, su sexo o tendencia sexual, sus ideas, su origen o su cultura, y por respetar todas las formas de espiritualidad, libre pensamiento y libre expresión.<br /><br /><br /> -Yo me acuso de luchar por la defensa de los derechos de tod@s y de tener la convicción de que ningún ser humano es ilegal.<br /><br /><br /> -Yo me acuso de tratar, junto con otr@s, de construir alternativas, apoyando el  bien común, el trabajo en equipo, el asamblearismo vinculante, el cooperativismo, la redistribución de la riqueza, el progreso de tod@s y para tod@s. Y de alentar el derecho a la desobediencia civil contra las leyes injustas.<br /><br /><br /> -Yo me acuso de estar contra los gastos militares y pedir que estos se inviertan en fines sociales. Y declaro mi repugnancia contra las guerras, el hambre, la pobreza, las injusticias, y la destrucción medioambiental y ecológica del planeta.<br /><br /><br /> -Yo me acuso de tener fe en la gente, de tratar de unir en vez de desunir, de construir en vez de destruir, de mirar con alegría hacia el futuro, de creer que un cambio a mejor es seguro, de luchar activamente por la solidaridad y la igualdad.<br /><br /><br /> -Si amig@s, humildemente pero con todas mis fuerzas yo denuncio toda injusticia, toda discriminación, porque aspiro a que todos los seres humanos sin distinción, sean libres y felices.<br /><br /><br /> Por tanto a día de hoy, yo me acuso.

– Nos acusamos de participar activamente en el movimiento15M y sus asambleas, sus manifestaciones, y sus acciones, así como de apoyar la difusión de otros movimientos emergentes en todos los lugares (Revolución Islandesa, Occupy, YoSoy132, Primavera Árabe, Primavera estudiantil, Pueblos originarios, Comunidades de paz, etc.).

– Nos acusamos de tratar de respetar sus principios básicos de inclusividad, horizontalidad (ni jefes, ni amos), igualdad, pensamiento colectivo y noviolencia.

– Nos acusamos de querer un nuevo modelo de sociedad en la que se dé prioridad a las personas por encima de la tiranía financiera y sus devastadoras consecuencias. En donde las necesidades básicas de tod@s queden resueltas. En donde, ni seamos, ni nos tomen, por mercancía en manos de políticos corruptos, especuladores y banqueros.
– Nos acusamos de apoyar todas las mareas, plataformas, coordinadoras, etc. que de forma asamblearia y vinculante trabajen por los derechos sociales de tod@s, en la defensa de la salud, la educación, el empleo, la vivienda, la cultura, y en general la mejor calidad de vida de las personas. Que trabajen por una democracia real y participativa desde la base social.
– Nos acusamos de no desconfiar de nuestros compañer@s de asamblea, aunque no siempre pensemos igual y tengamos puntos de vista distintos. De querer aprender y enriquecerme de las propuestas de l@s otr@s, de mantener una actitud de escucha activa ante los nuevos argumentos y tratar de entendernos para buscar puntos en común que nos lleven a la acción.
– Nos acusamos de no discriminar a otras personas por su raza, su sexo o tendencia sexual, sus ideas, su origen o su cultura, y por respetar todas las formas de espiritualidad, libre pensamiento y libre expresión. Nos acusamos de luchar por la defensa de los derechos de tod@s y de tener la convicción de que ningún ser humano es ilegal.
– Nos acusamos de tratar, junto con otr@s, de construir alternativas, apoyando el bien común, el trabajo en equipo, el asamblearismo vinculante, el cooperativismo, la redistribución de la riqueza, el progreso de tod@s y para tod@s. Y de alentar el derecho a la desobediencia civil contra las leyes injustas.
– Nos acusamos de estar contra los gastos militares y pedir que estos se inviertan en fines sociales. Declaramos nuestra repugnancia contra las guerras, el hambre, la pobreza, las injusticias, y la destrucción medioambiental y ecológica del planeta.
– Nos acusamos de tener fe en la gente, de tratar de unir en vez de desunir, de construir en vez de destruir, de mirar con alegría hacia el futuro, de creer que un cambio a mejor es seguro, de luchar activamente por la solidaridad y la igualdad.
Si amig@s, humildemente pero con todas nuestras fuerzas pretendemos denunciar toda injusticia, toda discriminación, porque aspiramos a que todos los seres humanos sin distinción, sean libres y felices.
Por tanto a día de hoy, nosotros nos acusamos.
NO SOMOS DE DERECHAS NI DE IZQUIERDAS. SOMOS DE CENTRO HUMANISTA Y ANTICAPITALISTA
diciembre 3, 2012

Palestina, los judíos libertarios y el sionismo criminal

plot_against_finkelsteinParece que Naciones Unidas aceptó a Palestina como Estado observador y que ahora, profundamente frustrado por la impotencia ante la clamorosa derrota internacional, el Gobierno israelí ha decidido confiscar la asignación mensual que transfiere al torturado pueblo palestino. El terrorismo sionista sigue a lo suyo, matando con bombas y matando a través del ghetto, al más puro estilo nazi. Fue un socialista libertario de origen judío, llamado Alexander Berkman, el que escribio en 1926, que una clase especial de personas, que se erige con el poder del capital, es la que decide lo que es honesto o deshonesto, cuando está permitido robar y de qué manera, cuando el fraude es legal y cuando no lo es, cuando el asesinato es correcto y cuando supone un crimen, que uniforme te da derecho a matar y cual te convierte en terrorista. El lobby sionista detenta ese poder pero, al igual que sucedía al rey Midas, en su propia fuerza se encierra su derrota, condenado al aislamiento, al destierro moral y finalmente al suicidio. Otro judío, llamado Ilan Pappé nos explicó años después las mentiras sobre las que el sionismo pretende edificar todos sus mitos, así como la única solución posible para el drama de esa tierra a orillas del Mediterráneo llamada Palestina: Un solo estado desmilitarizado en donde puedan convivir mujeres y hombres de distintas razas, creencias y religiones, con pleno respeto para aquellos legítimos moradores cuyos orígenes se remontan en el tiempo frente a los recientes colonos. Más judíos como el profesor Shlomo Sand o Norman Finkelstein han ahondado en la misma idea, contribuyendo al desmontaje de las leyendas sionistas. Muchos otros judíos, especialmente los emparentados con tradiciones libertarias humanistas y con todo tipo de formas de desobediencia civil, han defendido a lo largo de la historia los derechos inalienables de las personas por encima de los intereses bastardos de los mercaderes de la guerra, de los amos del dinero, de la política genocida o de los usurpadores de la religión. Vaya esta entrada en homenaje a todos esos libertarios, de origen judío(*), que han contribuido con su lucha a que el ser humano siga teniendo ante si un horizonte de dignidad.

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(*) Alexander Berkman, Murray Bookchin, Noam Chomsky , Erich Fromm, Emma Goldman, Rudolf Rocker, Gustav Landauer, Howard Zinn… entre otr@s much@s.

Sí radical al Judaísmo, Sí radical al Semitismo y un NO rotundo al Sionismo, peligrosísimo movimiento político genocida y filofascista.

noviembre 7, 2012

Izquierdas y derechas en la centralidad capitalista

En repetidas ocasiones hemos tratado este tema que sigue resultando difícil y esquivo para la comprensión de muchísima gente. El mensaje del 15M y del movimiento occupy, «No somos de izquierdas ni de derechas», ha podido ser interpretado por algunos como «antipolítico» cuando realmente es justo al contrario. En absoluto pretende hacer apología del ocaso de las ideologías, ni refugiarse en un nihilismo místico, ya que apela precisamente a su opuesto: el despertar ciudadano, la repolitización de la sociedad y el empoderamiento colectivo. Para entender esta filosofía y su colisión con los esquemas de anális político en los que hemos sido educados partiremos de un sencillo gráfico:

A una enorme masa de  población le resultará tan «lógica y natural» esta plantilla de anális, que casi no requeriría explicaciones adicionales. Parece equilibrada y pertinente. La hemos llamado «plantilla mental capitalista para el análisis político» y ha sido interiorizada incluso por muchos activistas comprometidos con el cambio y la mejora social. Evidentemente estamos ante una herramienta-trampa para entender las opciones disponibles y para la búsqueda de un posicionamiento personal reflexivo. Analicemos por qué:

– La centralidad y el equilibro está ocupado idealmente por algún planteamiento intermedio entre los defendidos  por los partidos mayoritarios de los países avanzados. Es decir, el punto medio entre PP y PSOE, entre republicanos y demócratas, entre tories y laboristas, entre conservadores y progresistas… . Izquierdas y derechas se funden en el punto representado implícitamente por … ¡el capitalismo perfecto!. La pirámide del bipartidismo queda asumida como una estructura completamente natural, inamovible, eterna.

– El socialismo es empujado hacia los extremos del eje de coordenadas. El esfuerzo de la gente que se considera a si misma como «de izquierdas» debe consistir en huir del centro y buscar alguna posición más cercana a la periferia izquierda de la la línea, autoasumiendo una ubicación geométricamente marginal. La zona azulada, en la que siempre encontraremos el apoyo tácito de la mayoría estadística de la población, representa los valores de aquello que suele llamarse «la gente de bien»; sensata, respetable y equilibrada. Esa será siempre la zona sociológicamente cálida, cubierta bajo el manto protector del capitalismo pragmático, de la garantía del derecho y del libre mercado. En su retórica discursiva «cuánto más socialismo y menos competencia, más autoritaritarismo, menos libertad, menos seguridad jurídica. Tanto el socialismo de corte soviético (ultraizquierda) como el nacional-socialismo (ultraderecha nazi, falangista o musoliniana) son malos y peligrosos. Deben ser evitados por todos los medios, como demuestra la historia. Vente al centro porque ya sabes que en los extremos vas a pasar mucho, mucho frío».

– Las fuerzas progresistas deben huir en dirección a uno de los polos, por tanto, en un proceso de exilio autoprovocado, en un éxodo por territorios inhóspitos, con muy pocos compañeros de viaje, en ruta hacia ninguna parte o, en todo caso, hacia el extremismo.

Desde el preciso instante en que las fuerzas insurgentes asumen e interiorizan esa plantilla de análisis ya han perdido la batalla. Jamás podrán ganar el combate de las ideas porque están jugando con una baraja marcada por su enemigo. El campo de juego y las reglas están diseñadas en beneficio exclusivo de uno de los contendientes.

¿Es esto inevitable?. En absoluto. Uno de los grandes méritos del movimineto internacional de los indignados y, particularmente del 15M, ha sido el de comenzar a explicitar esta trampa conceptual. La estrategia para vencer pasa necesariamente por diseñar una nueva plantilla de análisis, es decir, un nuevo campo de juego. Un campo en el que nostros ocupemos el centro y sea el rival el que pase frío en los extremos, fuera de la calidez de la zona intermedia, en este caso sonrosada:

– Ahora ya no hay izquierdas contra derechas, hay capitalismos extremistas, contra socialismos centrados, naturales y preocupados por nuestras necesidades básicas. Hay humanismo contra explotación, pacifismo contra militarismo, horizontalidad contra verticalidad, poder popular contra poder de las élites, democracias asamblearias contra dictaduras corporativas.

– La tarea de las fuerzas progresistas ya no sería desplazarse hacia el extremo, allí donde muy pocos quieren seguirte, sino viajar al centro, justo al corazón del ser humano, de los cuidados colectivos, del respeto al planeta, de la justicia social. Son los capitalismos los que están en los extremos, situados en el espectro de la guerra y la destrucción. Son ellos los que pasarán frío, bajo esta plantilla conceptual. Aquí ya no son las izquierdas y las derechas las que se unen en el punto de equilibro representado por el «capitalismo perfecto». En su lugar son los socialismos los que buscan el punto de equilibro en torno al centro de gravedad constituido, en este caso, por el humanismo igualitarista, pacifista, ético y ecológicamene sostenible.

El ser humano, demasiado a menudo, es incapaz de ver las cosas como son. Tiene dificultades para desbordar la interpretación del mundo que otros han fabricado para él/ella, de una manera nada casual, a través de unas herramientas cognitivas muy concretas. Nuestras conclusiones no son nuestras porque están preformateadas, condicionadas por unos «forceps intelectuales» y una gramática generadora, en absoluto inocentes. Quién  impone sus esquemas previos, sus preconceptos, su propio «sistema operativo» de pensamiento,  condicionará, en buena medida, los productos políticos que puedan desarrollarse dentro del abanico de la acción probable. Es nuestro deber como seres libres proponer alternativas,  trazar nuevos mapas, esquemas y plantillas, intentando desbordar el universo psicolingüístico castrador y limitante que nos aprisiona.

¿Sois de izquierdas o derechas?. No. Somos de centro humanista, libertario y anticapitalista.

(Consultar en wikipedia articulo sobre socialismo libertario)

Para concluir insertamos una viñeta del excelente ilustrador y agitador político Miguel Brieva, publicada en el diario Diagonal en Marzo de 2013, en la misma línea de denuncia conceptual que nosotros hemos pretendido plantear en este artículo.

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Entrada relacionada: Izquierdas y Derechas en la centralidad capitalista (II)

noviembre 6, 2012

El opio del pueblo y su antídoto humanista

Ludopatización: El mejor opio del pueblo al servicio del sistema y de la legitimación de la desigualdad

Aunque muchos liberales, de izquierdas y derechas, se sigan empeñando en repetirlo, hace tiempo que la religión dejó de ser el opio del pueblo. El nuevo opio del pueblo entró sin ser visto en nuestros hogares, en nuestros cerebros y en nuestra sangre a través de las jeringuillas de la postmodernidad. El nuevo opio del pueblo se llama hoy «deporte de masas»: el fútbol que adormece nuestras mentes con su cantinela de goles y emociones vacías, las carreras de motos y coches, con sus nubes de gasolina quemada flotando en el ambiente, El nuevo opio del pueblo tiene forma de programa de TV, de falsos periodistas vociferantes, de culebrones que se llenan de llantos, maldades y amores fingidos destinados a llenar vidas solitarias. El nuevo opio del pueblo tiene ya forma de spot publicitario que, al igual que los políticos profesionales, prometen plenitud y felicidad a cambio de nuestro voto-compra. Pero sobre todo, y por encima de todos ellos, el nuevo opio del pueblo se viste hoy de juego de azar, de rifa, de décimo, de papeleta, de rasca y gana, de sorteo, de apuesta on-line, de quiniela, de cupón, de lotería. El bombardeo es letal, nos llega  de manera masiva por la radio, por la prensa, las vallas estáticas y  a través de las múltiples pantallas que rodean nuestra existencia. Nos prometen la única felicidad posible a nuestro alcance. Solo gracias a su chute de esperanza paradisíaca podremos sacudirnos nuestra miserable existencia mediocre de trabajadores grises, precarios y explotados. Gracia a ellos podremos soñar sueños que merecen la pena ser soñados porque sin ellos nuestros sueños de hoy no valen nada. Es la alienación llevada a la hipérbole, la ludopatización brutal del ser humano hundido por un sistema que ya no tiene realidades que ofrecer, que se empeña en borrar el futuro para jóvenes y viejos y que solo tiene ya opio, eso sí, en inmensas cantidades, para vendernos.

Frente a este páramo intelectual surgen grupos resistentes de gente valiosa que no está dispuesta a dejarse atrapar y que siguen empeñados en construir desde ya un futuro mejor. Hoy los humanistas nos envían su enlace apoyando la Huelga General EuroMediterránea del 14N:  Es el momento de los pueblos y de los individuos que trabajan diariamente para fabricar un futuro diferente, que anónimamente ayudan a construir  los conjuntos humanos capaces de hacerse cargo de la situación. Una democracia real, una democracia social, económica, ecológica y política. Ahora es posible crear un nuevo tejido y un nuevo vínculo entre las personas, construir nuevas reglas. Para ello cada uno deberíamos preguntarnos qué nos ofrece ya este sistema, qué futuro queremos entregar a nuestros hij@s, y  qué estamos dispuestos a hacer para conseguirlo. Es esa posibilidad de elegir entre condiciones la que nos define como seres humanos y no como máquinas o instrumentos de las elecciones de otros.

Nunca subestimes la capacidad de pequeños grupos formados por grandes personas para transformar el mundo.

El comunismo estatalista fracasa como proyecto político, el capitalismo está naufragando como motor de esperanza. Ya no tienen más mentiras creíbles que ofrecer al nuevo ser humano despierto y consciente, solo la realidad de la explotación. Tras el derrumbe del socialismo autoritario y del socialismo liberal pasokizado, es la hora del socialismo libertario. No son izquierdas, ni derechas, son los de arriba contra todos los demás. El tiempo del Humanismo está llegando

agosto 6, 2012

Humanismo socialista libertario

Humanismo Socialista Libertario, filosofía teórica y pensamiento práctico siempre actual

Evidentemente no inventamos nada nuevo. Ni los movimientos altermundistas, ni el Foro Social Mundial, ni las actuales corrientes de indignados en todo el mundo pueden entenderse sin acudir a estas fuentes. Autores de la talla de Ernst Bloch, Erich Fromm o incluso Bertrand Russell ya mostraron en el pasado siglo XX su adhesión a esta filosofía política, tanto desde el punto de vista de la elaboración teórica como desde el de sus sus concretas opciones vitales. Su apuesta histórica por el socialismo no autoritario sirve como denuncia de las estrecheces y las imposturas del pensamiento liberal y ensanchan enormemente el concepto de libertad para recordarnos que no es libertad de propiedad lo que la sociedad necesita, sino libertad respecto a la propiedad; no es libertad de comercio, lo que la sociedad necesita, sino libertad respecto a la jungla del lucro, no es emancipación del individuo egoísta respecto a la sociedad feudal, sino libertad de la humanidad respecto a cualquier forma de opresión ejercida por una clase social, élite o casta que pretenda dominarla.

La concisa Declaración de los Derechos del Hombre y el Ciudadano, de 1789, abrió la puerta a todas las constituciones liberales escritas hasta la fecha. En ella podían apreciarse 4 ejes básicos, enumerados en su artículo II: «La finalidad de toda asociación política es la conservación de los derechos naturales e imprescriptibles del hombre. Esos derechos son la libertad, la propiedad, la seguridad y la resistencia a la opresión». Sin embargo, más de dos siglos después, puede apreciarse con claridad que el único de los 4 derechos básicos realmente desarrollado de manera inviolable  y sagrada ha sido el derecho a la propiedad privada, en detrimento de los otros tres. Ese es todo el núcleo del liberalismo realmente existente, quedando todos los demás principios, artículos y postulados como elementos meramente ornamentales y decorativos, con un peso político completamente accesorio y siempre subordinado al dogma teocrático de la propiedad privada. Diecisiete artículos que supusieron un bello fraude ya que todo quedaba reducido a la mitad de uno solo entre todos ellos, el único importante, el artículo final.

Esta es la gran impostura denunciada por el humanismo socialista libertario: El liberalismo ha mutilado sus propios principios, convirtiéndose en una trampa tautológica que en último extremo se refugia en vacías apelaciones a la ley, una ley escrita siempre a medida de las propias oligarquías que defienden a muerte su propia acumulación de propiedad privada creciente e ilimitada, convirtiendo en papel mojado el resto de los derechos que ellos mismos proclamaron de una manera completamente hipócrita. Este es todo su legado. No existe actualmente libertad política efectiva (como nos recuerda acertadamente el movimiento mundial de los indignados), no existe actualmente derecho efectivo a la propia seguridad y, por supuesto, se niega sistemáticamente por vía policial y legislativa el derecho de resistencia a la opresión. La conclusión no puede ser otra que la evidencia absoluta del fraude fundacional del pensamiento y la práctica del liberalismo, fraude que se repite una y otra vez cada vez que una nueva constitución neoliberal es promulgada o reforzada en algún lugar del mundo, como ha sucedido recientemente en el estado español.

Un ejemplo práctico de lo que supone el Humanismo socialista libertario fue desarrollado, nada menos que en 1935, por el reconocido filósofo, matemático  y premio Nobel de literatura Bertrand Russell. A pesar de los muchos años transcurridos sus puntos de vista sobre la conveniencia del reparto del trabajo en un mundo progresivamente tecnificado son de plena actualidad:

El concepto de deber, en términos históricos, ha sido un medio utilizado por los poseedores del poder para inducir a los demás a vivir para el interés de sus amos más que para su propio interés. Por supuesto, los poseedores del poder ocultan este hecho aún ante sí mismos, y se las arreglan para creer que sus intereses son idénticos a los más grandes intereses de la humanidad […] Ésta es la moral del estado esclavista, aplicada en circunstancias completamente distintas de aquellas en las que surgió. No es de extrañar que el resultado haya sido desastroso. Tomemos un ejemplo. Supongamos que, en un momento determinado, cierto número de personas trabaja en la manufactura de alfileres. Trabajando—digamos—ocho horas por día, hacen tantos alfileres como el mundo necesita. Alguien inventa un ingenio con el cual el mismo número de personas puede hacer dos veces el número de alfileres que hacía antes. Pero el mundo no necesita duplicar ese número de alfileres: los alfileres son ya tan baratos, que difícilmente pudiera venderse alguno más a un precio inferior. En un mundo sensato, todos los implicados en la fabricación de alfileres pasarían a trabajar cuatro horas en lugar de ocho, y todo lo demás continuaría como antes. Pero en el mundo real esto se juzgaría desmoralizador. Los hombres aún trabajan ocho horas; hay demasiados alfileres; algunos patronos quiebran, y la mitad de los hombres anteriormente empleados en la fabricación de alfileres son despedidos y quedan sin trabajo. Al final la mitad de los hombres están absolutamente ociosos y sin ingresos, mientras la otra mitad sigue trabajando demasiado. De este modo, queda asegurado que el inevitable tiempo libre produzca miseria por todas partes, en lugar de ser una fuente de felicidad universal. ¿Puede imaginarse algo más insensato?. (Tomado del «Elogio de la ociosidad«)

El humanismo socialista defiende la libertad individual y colectiva del ser humano para diseñar su propio destino, en respeto y equilibro con la naturaleza, frente a la justificación de la opresión y la explotación inherente a otras ideologías. Su método de análisis es el pensamiento dialéctico, frente a los estrechos límites del mecanicismo cartesiano, la creencia en la dignidad y capacidad de decisión de la persona, frente a planteamientos deterministas y la preferencia por la racionalidad del socialismo libertario frente a la irracionalidad del capitalismo ecocida. Promueve principios fuertemente anclados en la ética y en la lógica tales como que el sacrificio de un pueblo en beneficio de los acreedores no es algo que los gobernantes puedan decidir por si solos, especialmente si ellos no sacrifican nada. La meta de cualquier sociedad no puede ser el productivismo y el consumo material sino el pleno desarrollo consciente y responsable del ser humano que supera su alienación y alcanza su óptimo nivel de desarrollo a través del libre trabajo asociado y autogestionado. Ayer, hoy, mañana, siempre… puro sentido común.

julio 26, 2012

Demolición controlada del Estado Social: Un proyecto político

Los aprendices de brujo del neoliberalismo, en su delirio de omnipotencia, se sienten guiados por las valquirias en el momento histórico actual. Ellos son los elegidos. En su fantasía mesiánica están llamados a una misión trascendente y purificadora de la sociedad en su propio provecho. Creen saber lo que hacen: Necesitan hundir a los países en la miseria para poder aplicar su ideología política. Les resulta muy difícil ocultar su gozo místico mientras aplauden al caudillo de turno y gritan ¡qué se jodan! contra el parado, el empleado público, el autónomo o el ciudadano medio. Aplicando su estrategia de la “doctrina del shock”, ya testada hace años en Chile, Indonesia, Rusia y otros muchos países, pretenden instaurar un nuevo régimen de totalitarismo explotador ahora también en Europa occidental. Su agenda se proyecta en una serie de fases progresivas, con próxima estación en la inevitabilidad del rescate-ahogamiento,  cuyo objetivo final es el control y la dominación del ser humano a través de la mercantilización radical de todos los aspectos básicos para la vida: Educación, Sanidad, Vivienda, Agua y Alimentos. Alguien les enseñó que todo lo que entre en la esfera monetaria del pago directo podrá ser dominado mejor por su gran máquina de expropiación. Saben que los ingentes capitales monetarios ociosos solo pueden encontrar rentabilidad colonizando nuevos espacios de necesidades humanas básicas hasta ahora garantizadas por la carta universal del derecho a la vida, aún recogido en las constituciones europeas. Por supuesto estas recetas solo pueden conducir al aumento de la desigualdad pero para ellos y para la clase a la que pertenecen eso nunca fue problema. El capital insaciable necesita devorarlo todo para alimentarse, empezando por la democracia y la libertad colectiva, para continuar después con el jugo vital de sus propios súbditos y esclavos.

La historia no es nueva. Ya la vimos en SurAmérica en todo su apogeo durante los años 70 y 80, en el Asia tercermundista o en el África rica en recursos naturales pero depauperada casi hasta el exterminio por las mafias bancaria-institucionales del mercado capitalista. En Europa pensábamos que la cosa no iría con nostros porque eso solo afectaba a sociedades hipotéticamente atrasadas e incultas que no habían conseguido adpatarse a los nuevos tiempos y al exigente mundo moderno. Algo así no podría llegar al mundo rico. Ahora vamos a empezar a comprobar con espanto cuan estúpidos e ignorantes hemos sido. Como muchos ya pronosticaron en el pasado el capitalismo depredador no puede detenerse ante nada porque la explotación ilimitada y progresiva del ser humano y de la tierra está escrita en sus propios genes.

Los gobernantes españoles, representados por la muñeca diabólica que suele dar el parte de guerra tras la reunión del consejo con una mezcla maléfica de sádico placer y estupidez dibujada en su rostro, se toman en serio su trabajo sicario al servicio de las oligarquías financieras. Quieren forzarnos a aceptar su agenda política antidemocrática por la vía del miedo y la inevitabilidad de los hechos consumados. Una agenda política repleta de dolor, injusticia, desempleo y expropiaciones de bienes públicos por parte de los que nada producen. “Más pobres seréis más dóciles y trabajaréis mejor”, parecen querer decirnos en su lenguaje de empresa de servicios designada por la teocracia del dinero para dar las noticias de la liquidacición y cierre.

Sin embargo, a pesar de este sombrío panorama, no debemos ser pesimistas. La Historia nos enseña que los grandes avances y revoluciones se producen en este tipo de contextos, en los que se dan las condiciones de crisis apropiadas para la emergencia de nuevos estados de conciencia y nuevos paradigmas de pensamiento. Cada vez con más fuerza cobrarán vigencia ideas, ancladas en la ética de un humanismo socialista y libertario, que nos empujarán a buscar nuevas soluciones comunitarias para los viejos problemas, con la cuestión fundamental de la propiedad de los bienes básicos para la vida, incluyendo al crédito, como telón de fondo.

octubre 28, 2011

Humanismo: La necesidad agónica de alcanzar un nuevo paradigma

«En un mundo en el que el dinero se ha convertido en el valor central de la existencia, no debieran sorprendernos las consecuencias de semejante negación del sentido de la vida humana. No puede sorprendernos la creciente inequidad en la distribución de la riqueza, ya que se trata de una competencia individualista en la que necesariamente debe haber ganadores y perdedores. No pueden sorprendernos las sucesivas crisis financieras y su correlato de recesión, en un sistema que solo puede sostenerse mediante el endeudamiento creciente. No pueden sorprendernos las guerras por los recursos naturales escasos, en un mundo depredado por el consumismo de los más beneficiados. No puede sorprendernos la violencia social, cuando cada vez más gente se siente marginada y fracasada, al contrastarse con ese mundo paradisíaco ofrecido por la publicidad consumista y no puede sorprendernos el nihilismo, la locura y el suicidio, cuando se ha perdido el sentido de la existencia, al pretender cambiarlo por el exitismo materialista.

Hay quienes creen que, por el solo hecho de que las crisis económicas afectan a mucha
gente, habrá entonces mayorías convencidas de cambiar al sistema económico. Y eso no es así, porque el individualismo ha calado hondo, y el hecho de que ante una crisis generalizada muchas individualidades converjan en una protesta, no significa que se haya trascendido el individualismo, y por eso no es tan sencillo pasar a otras instancias organizativas que realmente puedan reemplazar al sistema. De modo que la propuesta de una transformación en el sistema económico, no puede plantearse solamente en términos de factibilidad técnica, ni en términos de conveniencias mayoritarias. Debe ser planteada desde una mística social que tenga como bandera la ética de la coherencia, que en lo económico significa anteponer la resolución de las necesidades básicas de todos los habitantes del mundo, antes de cualquier otro interés sectorial o individual».

(Extracto tomado del documento elaborado por Equipo de Coordinación Internacional del PHI).

¿Cómo sorprendernos del aumento del desempleo cuando los beneficios monetarios de las grandes empresas y sus cotizaciones en bolsa aumentan en consonancia a las reducciones de plantilla?. No son los malos gobiernos sino las reglas intrínsecas al propio sistema quien nos conduce a la situación de crisis estructural en la que nos encontramos. Humanismo y Capitalismo son ideologías y paradigmas conceptuales completamente irreconciliables. Como nos dice Leonardo Boff «El capital financiero se desenganchó de la economía real; la economía en su conjunto, de la sociedad; y la sociedad en general de la naturaleza». El cambio debe ser profundo, radical y debe empezar por aquellos que se consideran más revolucionarios o comprometidos ya que, como muy bien nos recuerda el movimiento decrecentista con sus verdades incómodas, gran parte de nuestros estándares de confort propios del estado del bienestar occidental solo son posibles en un contexto de explotación brutal de la naturaleza y de los trabajadores de otras zonas del planeta. Que nadie dude de que el modelo que defendemos y anhelamos implicará profundas renuncias en cuanto a ciertas comodidades materiales en las que necesariamente nosotros y nosotras deberemos ser punta de lanza.

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(Encontré la foto aquí: http://elladonaranja.blogspot.com/2010/04/andamos-full.html)

septiembre 27, 2010

29-S: Movimiento por la autolimitación del consumo

Están circulando por internet correos como éste en donde se llama a una Huelga de Consumo para el día 29-S. Está en la misma línea de lo que nostros defendíamos en esta entrada. Los bancos nos llevan como perros amaestrados gracias a la adicción al dinero que han conseguido generar en las masas ciudadanas. Nos han conseguido meter en la cabeza que el dinero nunca es suficiente sin explicarnos que en este sistema nuestros lujos se construyen sobre la miseria de otros. El 29-S puede ser un buen día para rebelarnos contra la lógica de este dinero controlado por entes totalitarios, contra la lógica de la acumulación y del consumo compulsivo. Es necesario comenzar a sentirnos auténticamente libres, a revolvernos contra la dictadura de los mercados especuladores, a hacerle un favor al planeta mediante el gesto simbólico de romper un billete de curso legal en la puerta de un gran banco. Es una apuesta de insumisión humanista que apunta al mismo corazón del sistema.

Foto original publicada en flickr por Koluso (Argentina). Nosotros, el banco y las correas de la adicción al dinero y al consumo alrededor de nuestros cuellos. Es hora de empezar a roer el cuero.

agosto 6, 2010

Hacia una nueva semántica del trabajo

Llamamos «Trabajo» a cualquier actividad individual o colectiva realizada con la finalidad de dar satisfacción a unas necesidades. Para definir cuales son las necesidades del ser humano podríamos acudir a estudios clásicos de Psicología (nada «sospechosos» de anarco-comunismo) como el de Abraham Maslow, que nos habló hace ya décadas de la necesidad de autorrealización, de reconocimiento, de afiliación, de seguridad y las puramente fisiológicas, siguiendo su ya famosa «pirámide de necesidades». Para dar cumplida satisfacción a todas estas necesidades el trabajo tendrá que  presentar obligatoriamente muy diversas formas, objetos y apariencias.

En primer lugar tendríamos que diferenciar entre trabajo mercantilizado (asalariado) y trabajo no mercantilizado, que es la mayor parte del trabajo realizado. Un segundo eje de clasificación podría ser el que distingue entre trabajo productivo y trabajo re-productivo. Sin trabajo reproductivo (mantenimiento de las cosas existentes necesarias para la vida) difícilmente podrá haber trabajo puramente productivo (creación de «nuevos» objetos, productos o servicios). En la práctica lo productivo y lo reproductivo forman un continuo inseparable,  íntimamente ligado, ya que todo objeto nuevo se forma a partir de elementos pre-existentes que deben ser cuidados y mantenidos como condición indispensable para que algo parcialmente diferente  (la novedad absoluta es conceptualmente imposible) pueda surgir.

Entre los principales trabajos no mercantilizados  (es decir, los que se prestan sin que medie un intercambio de recompensas directas de tipo material) que realizan de manera cotidiana los seres humanos podríamos mencionar los trabajos domésticos (1), el cuidado de hijos, enfermos o ancianos(2), el trabajo voluntario en asociaciones (3) o el trabajo de libre creación(4) en formato escrito, visual, plástico, escénico, sonoro o mixto. Entre los trabajos mercantiles (es dcir, con mediación de recompensa material directa) podemos mencionar el que se desarrolla en empresas cooperativas(5) de propiedad colectiva, el trabajo desarrollado en regimen laboral autónomo(6) por cuenta propia, el trabajo rural en pequeñas explotaciones agro-ganaderas autogestionadas(7) y por último el trabajo asalariado por cuenta ajena(8). Cualquier trabajo mercantilizado podría ser realizado también bajo una modalidad no mercantilizada sin dejar de conservar sus propiedades originales. De igual modo cualquier trabajo no mercantilizado puede convertirse en trabajo remunerado mediante determinados cambios en las relaciones de control que lo configuran y en el sistema de recompensas elegido.

El trabajo asalariado por cuenta ajena sólo es, por tanto, la última fórmula entre todas las posibles para ejemplificar lo que puede ser un trabajo. Constituye una opción entre las 8 enumeradas, y eso no agotando el abanico completo. Sin embargo esta fórmula es la predilecta del mercado capitalista porque es la que mayor cantidad de poder y valor transfiere a la clase propietaria en detrimento de la independencia del trabajador y de lo que podríamos llamar su «soberanía intelectual». Como consecuencia de esta apuesta ideológica hay un intento permanente de «achicar» nuestro espacio mental para pensar el trabajo, de arrinconar e invisibilizar todas las fórmulas de actividad diferentes al trabajo asalariado, hasta el punto de que el discurso imperante trata de excluirlas incluso a nivel conceptual del «reino del trabajo», que quedaría exlusivamente reservado en el imaginario social al trabajo en una empresa de propiedad privada, en el sector teóricamente productivo, con retribución monetaria y sin participación gestora del trabajador.

Como en tantas otras cosas estamos ante un problema de criterios ideológicos que condicionan el análisis de la cuestión. El trabajo no es un producto escaso sino un bien abundante. Lo que tenemos que hacer es racionalizarlo, redistribuirlo y recompensarlo de manera adecuada, justa y coherente a la búsqueda del bien común.

A pesar de su solera de 11 años este pequeño texto sigue ayudando a entender la realidad del trabajo hoy

El bien común requiere una lógica contrasistémica que pasa, entre otras muchas cosas, por construir una nueva «semántica del trabajo», potenciando vías alternativas de remuneración no monetarias, privilegiando y valorizando todas las formas de trabajo diferentes al trabajo asalariado privatizado por cuenta ajena que el capitalismo pretende imponer como única realidad. Se trata, ni más ni menos, de que el trabajador o la trabajadora pueda conquistar nuevos espacios de libertad, ganando cotas progresivas de poder y autonomía sobre su propio tiempo y su propia obra sin que otros secuestren su intrínseco valor. Para que este cambio pueda producirse hay que contemplar el universo del trabajo como un todo global que en absoluto escasea, como un derecho básico de los individuos y las colectividades no sometido al yugo de las reglas que la minoría capitalista pretende imponer. También sería necesario desarrollar un nuevo concepto de dinero, controlado democráticamente por las colectividades humanas y no por entes privados que se limitan a explotar de forma parasitaria una riqueza laboral en la que no participan.

Entradas relacionada: ¿Es el desempleo un hecho natural?

Conferencia de Yayo Herrero (Ecologistas en Acción) –> Capitalismo, Patriarcado y crisis de los cuidados: Una visión ecofeminista

(Tomé las ideas para estos 2 posts a partir de contenidos expuestos en el ya veterano libro de Jorge Riechman y Albert Recio «Quien parte y reparte… El debate sobre la reducción del tiempo de trabajo». Editorial Icaria-Más Madera. Barcelona. )

junio 19, 2010

Espiritualidad materialista (En homenaje a Saramago)

Santos varones de la religiosidad laica

La mente humana tiene necesidad de estructurar el caos en el que vive y para ello inventa palabras, categorías y conceptos que no existen en la realidad. Sólo se trata de herramientas del pensamiento, fabricadas colectivamente como defensa contra la incertidumbre. A través de estas herramientas imperfectas nos aproximamos al mundo con la aspiración de entenderlo. Sin embargo  el poder, que conoce bien los mecanismos que rigen el intelecto, aspira diariamente a controlar el discurso para revestir las ideas con los matices que mejor se ajusten a sus intereses de clase. Se crean falsas dicotomías y una cuidadosa red de trampas y cepos para capturar nuestra emotividad, nuestra actitud y en último extremo dirigir nuestra conducta.

La batalla del lenguaje es la batalla política por antonomasia. Hacemos política cuando elegimos una palabra en lugar de otra o cuando nos negamos a interiorizar una descripción de los hechos sociales inequívocamente sesgada.  La transformación del mundo pasa necesariamente por la reapropiación humanista del lenguaje, rompiendo el discurso del poder y creando un nuevo relato, plagado de nuevas categorías conceptuales, más ajustado a los intereses de la ciudadanía mundial. Jose Luís Sampedro nos deja aquí, con este «credo personal», un bello ejemplo de este tipo de construcciones. Sea traído aquí en homenaje a José Saramago, un santo materialista, cuyo cuerpo hoy ha dejado de estar entre nosotros. Su espíritu rebelde, en cambio, será por siempre intemporal.

CREDO PERSONAL

(Autor: José Luis Sampedro)

Creo en la Vida, Madre Omnipotente,

Creadora de los cielos y de la tierra.

Creo en el Hombre, su hijo,

Concebido en creciente evolución,

Progresando a pesar de los Pilatos

Que inventaron sus dogmas reaccionarios

Para aplastar la Vida y sepultarla.

Pero la Vida siempre resucita

Y el Hombre sigue en marcha hacia el futuro.

Creo en los horizontes del Espíritu

Y en la energía cósmica del mundo,

Creo en la Humanidad siempre adelante,

Creo en la Vida perdurable.

Amén

junio 4, 2010

Dr. Wazar: Médico dominicano humanista en Huelga de Hambre

Demetrio Wazar Gómez

Nuestros amigos del Movimiento Humanista nos remiten este ejemplo de insumisión no violenta que nos llega desde la República Dominicana. Se trata de un médico pacifista, Demetrio Wazar Gómez, que mantiene desde hace más de 30 días una huelga de hambre en defensa de los pequeños agricultores de su país y en protesta contra la deuda impuesta a la que son sometidos por los terroristas financieros. Lamentamos que no sea un «disidente» cubano. Siendo así su lucha tendría garantizada una cobertura mediática de carácter galáctico y ciberespacial.

Amplía la noticia aquí.

marzo 6, 2010

Religión

La ética subyacente al mensaje unitario de las distintas religiones es radicalmente incompatible con el capitalismo

Denostado concepto, objeto de las iras de gran parte de la izquierda europea tradicional, manantial de fuerza y esperanza para gran parte de la moderna izquierda americana, refugio prostituido por y para las derechas neoliberales, reservorio de cultura popular, incomprendida, odiada, siempre objeto de deseo para las élites capitalistas como fuente inagotable de telúrica y humana energía.

Nuestra idea de «Religión» engarza más con la tradición americana que con la europea. Para nosotros las religiones son uno de los caudales culturales más preciados de la humanidad y una fuente de sabiduría. Contienen principios éticos fundamentales a favor de la paz, justicia, igualdad y defensa de la naturaleza. Proponen modelos de ser y estar en el mundo radicalmente incompatibles con la ideología del egoísmo que las élites económicas pretenden imponer mediante la «doctrina del shock«.

Sin embargo es innegable que esta fuerza también ha sido instrumentalizada por el poder en numerosas ocasiones como vector de fanatismo e intolerancia y como coartada ideológica para desencadenar violencia represiva y guerras coloniales, robo, saqueo, expolio, exterminio.

Puede ser, por tanto, opio del pueblo, pero también puede ser el espíritu de un mundo sin espíritu, puede ser una cárcel para el pensamiento, pero también puede ser un torrente de fuerza liberadora, puede ser fasciocapitalisa, pero también puede ser socialista y libertaria. Todo depende de que esa fuerza fluya libre y rebelde o sea domesticada por el capital para sus propios fines.

Ejemplos concretos de esta visión revolucionaria, positiva y no servil de la religión fue el levantamiento democrático promovido por el Islám shií, que doblegó heroicamente a la dictadura del Sha de Irán tutelada por la CIA, a finales de los 70 o la rebelión popular impulsada por la teología de la liberación cristiana contra las tiranías americanas del Cono Sur a sueldo del imperio en décadas recientes. Grandes victorias políticas contra la teocracia del dinero en los últimos 40 años han contado con la inestimable colaboración de esta indomable sensibilidad de raíz anarco-religiosa, en una lucha emancipadora que se prolonga hasta nuestros días y que se proyecta hacia el futuro, dando frutos libres y soberanos por todo el orbe.

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