Postcapitalismo de centro

Noticias de esta madrugada reportan que el huracán Irma está reduciendo a escombros algunas islas del Caribe y está siendo descrito por expertos como el «mayor jamás medido«. LLueve sobre mojado teniendo en cuenta que hace muy pocos días el huracán Harvey también batió records de precipitaciones y que el verano de 2017 dejó el registro más alto jamás alcanzado de temperatura en España. Es ya incuestionable que algo raro está pasando en nuestra atmósfera y que la gente se está dando cuenta de ello.

En fechas recientes comenzaron a saltar las alarmas en distintos diarios financieros por las protestas que, de forma recurrente, se están sucediendo en el norte de China por los insostenibles índices de contaminación ambiental, con consecuencias muy graves sobre la salud de la población. Casos de cáncer de pulmón en niños de 8 años comienzan a ser reportados en Beijing así como descensos acusados en los índices de fertilidad y aumento de abortos espontáneos. Seguramente serán mucho más numerosas estas protestas de lo que sabemos debido al fuerte control informativo existente en ese Estado. No está claro si las personas chinas manifestantes son de izquierdas o derechas ya que lo único que pretenden es defender su salud y la de sus hijas e hijos.

Saltamos ahora a EEUU, concretamente al estado de Montana cercano a la frontera con Canada, donde «indios y vaqueros» se unen para proteger el medio ambiente y su hábitat natural frente a las agresiones generadas por la huella del hombre, con consecuencias irreparables sobre nuestra matriz vital que es la tierra, el agua y el aire. No está claro si las personas de distintas razas y culturas que se movilizan en América del Norte son de izquierdas o derechas ya que lo único que pretenden es defender su salud y la de sus hijas e hijos.

Cada vez es más evidente que los desastres provocados por el calentamiento global y la contaminación atmosférica afectarán tanto a la gentes de derecha como a la de izquierda. La destrucción de casas por los huracanes, las inundaciones, el aumento del cáncer, las sequías catastróficas o los problemas de fertilidad afectarán por igual a mujeres de derechas y de izquierdas.

En su libro «Esto lo cambia todo» la activista Naomi Klein nos argumenta de forma contrastada que el capitalismo ecocida, con su escala de prioridades invertida entre medios y fines, es la fuente primaria de la mayoría de nuestros grandes problemas ambientales. Como solución a todos estos «desastres naturales» provocados por el hombre en EEUU, China u otros muchos territorios, solo es viable un postcapitalismo de centro que empiece a trabajar por el bien común y la protección de la vida como única prioridad.

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