¿De dónde procede el agujero de la deuda?
¿De dónde procede lo que dicen que debemos?. Si tuviéramos que creer lo que nos cuentan los periódicos y las radios comerciales el déficit público procedería del estado del bienestar. La deuda estaría provocada por unos ciudadanos perezosos (nosotros), acostumbrados a todo tipo de servicios universales que realmente no merecemos. Las élites cleptómanas y los banqueros que fabrican las noticias y los análisis «oficiales» sentencian que el estado del bienestar es insostenible: los ciudadanos trabajamos poco y pedimos mucho.
La realidad del asunto sobre el origen de la deuda pública es muy diferente. En primer lugar habría que analizar la política neoliberal generalizada de bajada de impuestos a las rentas altas aplicada como dogma incuestionable durante décadas para comprender la merma en el ingreso de los estados y el aumento de la deuda. Pero no es sólo una cuestión de impuestos sino también de políticas concretas de gasto. Es el axioma capitalista que dicta la socialización/estatalización de las pérdidas y la privatización de los beneficios el que explica en su raíz el «agujero» de la deuda pública. Aquí hay solo algunas pistas concretas:
Todos estos negocios han obtenido beneficios record a nuestra costa mientras los estados contraían deudas estratosféricas para pagar esas y otras facturas similares. El dinero ha pasado de un lado a otro de la línea público | privado con total impunidad. La mentira y el engaño siempre son el hilo conductor. Son ellos los que nos deben a nosotros. Son ellos los que tienen que indemnizarnos por daños y perjuicios. Nosotros no hemos comprado esta basura. La culpa de la deuda no es de los ancianitos que una vez por semana van a ver a su médico de cabecera, ni de los trabajadores que exigen su salario. Las grandes transnacionales estafadoras y asesinas y sus peones en los gobiernos son los únicos responsables de este fraude descomunal.