Los mecanismos que rigen la vida dentro de los ecosistemas constituyen una importante fuente de inspiración para que el ser humano pueda encontrar principios reguladores válidos de aplicación a sus propios sistemas económicos y sociales. Biomímesis significa literalmente «imitar o copiar a la naturaleza» para diseñar soluciones a problemas humanos. Aquí tenemos unos toscos apuntes ilustrativos de este concepto tomados a «volapluma» de la última media hora de la conferencia de Luis González que tienes disponible en la entrada anterior del blog:
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“Cerrar los círculos” . En la naturaleza el concepto de basura no existe. Lo que producimos debe ser reutilizado. Los desechos improductivos deben ser minimizados. Todo lo que no puede ser devuelto al ciclo de la vida se constituye en un problema para el futuro del planeta. Nuestra sociedad está haciendo procesos lineales de producción->consumo->destrucción en lugar de cerrar el círculo. Al no cerrar el círculo estamos sobresaturando los basureros naturales del planeta provocando altos grados de toxicidad que no podrán ser eliminados por el sistema.
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Evitar el uso de productos contaminantes. Un ejemplo puede ser el uso tradicional del DDT como plaguicida u otros potentes pesticidas químicos. La naturaleza no se agrede a si misma con sustancias extrañas o ajenas a ella (xenobióticos) que rompan su frágil equilibrio.
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Buscar la Autolimitación. Ningún ecosistema puede crecer por encima de sus límites naturales. El círculo terrestre (biosfera) no puede ampliarse. Estamos constreñidos en un espacio físico limitado.
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Centrar la producción y el consumo en lo local. La biomasa natural se mueve preferentemente en sentido vertical, no horizontal. Los desplazamientos en el espacio están muy limitados en los contextos naturales. La sociedad actual está construyendo una lógica inversa: mandamos lechugas españolas a Holanda y ellos nos mandan variedades de lechuga holandesa para que las comamos nosotros.
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Buscar la obtención de la máxima cantidad de energía proveniente del sol. Pasar de un modelo petrodependiente a un nuevo modelo más solardependiente, en sus múltiples variantes (eólica, hidraúlica, solar propiamente).
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Consumir de la cantidad justa de energía. Los sistemas vivos ponen mucha energía en las primeras fases de su desarrollo cuando necesitan un crecimiento más vigoroso. Pero el crecimiento no es un proceso lineal, llega un momento de estabilización. En este sentido nuestra sociedad vive en una etapa permenentemente infantil, obsesionda por el crecimiento perpetuo en masa y volumen. Plantamos un bosque para talarlo y volver a replantaro. La naturaleza actúa de manera distinta: a partir del punto de madurez la energía se gasta en crear redes de interconexión con los otros miembros del ecosistema y no en seguir creciendo en masa y volumen. Un exceso de consumo energético puede llevar a una situación de caos en la naturaleza como sucede en la reproducción de un virus o en la multiplicación incontrolada de células cancerígenas.
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Aprender del pasado. La evolución no olvida los problemas con los que se ha enfrentado antes ni las soluciones más eficaces articuladas para dar respuesa a esos problemas. Los seres humanos, como especie, parecemos no tener memoria y volvemos a reproducir los mismos errores del pasado.
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Potenciar una alta diversidad e interconexión biológica y humana. A mayor diversidad mayor probabilidad para el ecosistema de perdurar en el tiempo, debido a la existencia de distintas alternativas de desarrollo. La complejidad, en este sentido, es una fuente de seguridad. Nosotros estamos haciendo lo contrario. Suprimimos variedades de plantas para concentrar la producción en una sola que se supone que es la más “rentable”. Si esa variedad falla (ejemplo: hambruna de la patata en Irlanda) nuestra posición, en cuanto a seguridad alimentaria, será muy vulnerable. El criterio de “rentabilidad económica” está teniendo una peligrosa contrapartida en cuanto a seguridad para el sostén de la especie. Otro ejemplo es el de la fragilidad del ecosistema simple (conejo+zorro+aguila) frente a la mayor solidez del ecosistema complejo (conejo+zorro+aguila+topillo+ardilla). La especie humana, sin embargo, está optando por la homogeneización y estandarización de hábitos y productos para aumentar la “rentabilidad” de la producción (economías de escala) y la tasa de “beneficio”.
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Acoplar nuestra velocidad a la de los ecosistemas. La aceleración/compresión del tiempo en las sociedad post-modernas satura los entornos naturales imposibilitando su regeneración. Necesitamos ir más despacio, en muchos sentidos.
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Actuar desde lo colectivo. En la naturaleza hay poco espacio para el individualismo. Los grandes saltos evolutivos en la historia de la vida han tenido mucho más que ver con la cooperación que con la competencia. Célula eucariota=célula procariota+mitocondria. Otro ejemplo es nuestra flora intestinal. Nuestra digestión sólo es posible gracias a las bacterias que viven dentro de nuestro cuerpo.
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Partir de la humildad y el principo de precaución. Debemos ser conscientes de nuestras limitaciones y no creernos seres omnipotentes. No podemos generar residuos radioactivos con miles de año de duración, cuando no somos capaces de planificar la economía a 10 años vista. No podemos crear organismo modificados genéticamente cuando no somos capaces de medir sus impactos futuros sobre nuestra propia vida.