Un producto tóxico llamado dinero

Cada nuevo billete en circulación es un nuevo aguijón que se clava contra el planeta

El dinero es el producto estrella de los mercaderes del capital. Es el «producto perfecto», el sueño de cualquier fabricante: Monopolio de creación, indispensabilidad de consumo y facilidad de distribución. Por ello la comercialización de dinero a través de bancos privados ha sido el más gigantesco y lucrativo negocio de los últimos siglos, capaz de acaparar fastuosos beneficios en contextos de fuerte crisis e incluso recesión, además de acumular un inmenso poder con suficiente potencia como para poner de rodillas a los gobiernos «democráticos».

¿Cómo funciona el negocio?. Su comprensión está al alcance de pocos. La mayor parte del dinero se crea mediante una promesa de pago. Cuando vamos al banco a pedir una hipoteca prometemos devolver la cantidad de dinero creada por la entidad, más unos intereses. A cambio de nuestra promesa el banco, mediante un apunte electrónico, pone nuevo dinero en circulación. La palabra préstamo es engañosa en este contexto: Se presta lo que se tiene y el banco no tiene lo que dice prestar. La promesa de pago es suficiente para poner en circulación nuevos billetes que antes no existían. Aunque a mucha gente le parezca increíble el banco no tiene el dinero que «presta», lo que sí tiene es el poder legal para crearlo. Sólo poseerá de manera efectiva dinero real cuando nosotros se lo paguemos en forma de jugosos intereses, cerrando el círculo magistral del montaje financiero. La venta de dinero, bajo estas reglas, ha constituido la actividad comercial más segura y rentable que nunca, nadie, jamás imaginó. Este negocio sería el sueño dorado de un estafador con la guinda perfecta de un completo respaldo legal. El blindaje normativo europeo contra la creación de una banca pública que pudiera ensombrecer este dominio totalitario debe entenderse como el golpe de gracia último, aunque no irreversible, a la posibilidad de una Democracia Real.

Pero este tipo de dinero, al que nos han acostumbrado, no es más que la plasmación tangible de una deuda. Cuanto más dinero, más deuda, cuanta más deuda más dinero en circulación. La crisis sistémica actual pone de manifiesto que la deuda engendra deuda. Para «salvar» a Grecia de su deuda se crea más deuda y para ello se emite más dinero que se pondrá en circulación para cancelar una pequeña parte de la deuda existente. El dinero-deuda se multiplica y crece exponencialmente como queda reflejado en esta entrada que escribimos hace aproximadamente un año y que sigue siendo válida. En este enlace de la reserva federal puede comprobarse el incremento cancerígeno de la masa monetaria, en dólares, que recorre las venas financieras del planeta. El aumento legal e incontrolable del dinero-deuda circulante es un rasgo fundamental del sistema bancario capitalista en su fase actual.

El dinero, aparentemente la solución, se convierte paradójicamente en el problema. El dinero virtual crea dependencia. Es un producto tóxico, altamente adictivo, cuya fabricación y distribución está controlada de manera legal y monopolística por una mafia internacional llamada «Banca» y «Mercados». El proyecto capitalista consiste en el control absoluto sobre el ciclo vital del dinero. Aún hay masas de capital que escapan parcialmente a su dominio (Cajas, bancos bajo control público, reservas estatales para pensiones de jubilación). Uno de los objetivos que se esconde tras las políticas neoliberales es el control total de estos recursos, la privatización de las cajas, la privatización de las pensiones de jubilación. Es el sueño de los Rotschield: «dadme el control del dinero y ya no me importará quien haga las leyes».

Pero el poder de esta mafia reside en la creencia de que el tipo de dinero que manejamos es el único posible y que además es indispensable, lo cual es falso ya que existen otras fórmulas para facilitar los intercambios humanos. Cuanta mayor dependencia mental genere el producto mayor será su éxito. La mejor manera de luchar contra esta plutocracia totalitaria es liberarnos política y socialmente de nuestra dependencia del dinero, de ese producto que ellos han creado y sobre el que tienen la patente de fabricación y distribución. En la medida en que las sociedades vayamos consiguiendo «desmonetarizar» nuestras vidas iremos desmontando el poder de esta élite cleptómana y genocida e iremos conquistando nuestra libertad. Esto requiere un profundo cambio mental, cultural, social y político. He ahí el titánico y apasionante reto con el que se enfrentan las generaciones presentes y futuras. El cambio va a ser obligatorio. La cuestión pendiente es saber si el agente que lo provoque será la ciudadanía mundial puesta en pié o el propio e inexorable derrumbe del sistema.

Banqueros … ¿queréis nuestro dinero? … ¡venid a cogedlo!

4 comentarios to “Un producto tóxico llamado dinero”

  1. Y, teniendo la convicción de que esto es así y que, si la unión de las personas es lo único, bajo mi punto de vista, que podría hacer cambiar esto, ¿no se podría organizar un Movimiento que ayudase a una tendencia positiva, aunque fuera a largo plazo, para todos los ciudadanos?.

    Yo también soy de los que cree que ha llegado el momento de dejar de ser «borregos» y pasar a ser «hormigas».

    Saludos y gracias por sus explicaciones.

  2. Gracias, Antonio, por su comentario.

    Estudiar, analizar, razonar y comprender son fases previas indispensables para que esa nueva conciencia colectiva emergente gane la intensidad necesaria, como olas que se hacen más y más grandes.

    Un saludo cordial.

  3. Efectivamente, esto es así excepto en una cosa. La principal fuente de dinero es un monopolio público, ya que el sector público es el único que puede generar dinero o permitir a la banca la generación de dinero. No debe dejarse a la banca que preste lo que no tiene. Deberíamos ir a un dinero «privado» y con aval sobre activos reales, a lo que se debería añadir un coeficiente de caja del 100%, es decir, que el banco sólo pueda prestar el dinero que tiene y que a su vez está respaldado por activos reales. Con esto, se acabó el problema.

  4. Buenas, andaba paseando por aqui investigando sobre el Cristianismo en el Capitalismo para la Universidad y la verdad no pensaba responder, pero lo que dijo Javier me llamo la atencion.
    ¿Como seria posible que el banco preste el dinero que tiene respaldandolo con activos reales, si mantiene un coeficiente del 100%?
    Hare un ejemplo burdo y simplista: Soy el banco que tiene $100 y presto $10, ahora solo tengo $90.
    ¿Con que respaldaria esos $10 prestados?
    Yo hablo desde la inexperiencia y la ingenuidad, estoy dando mis primeros pasos en el mundo academico, recien empezando a formar mis propias opiniones asi que no lo tomen como un arguemento solido y con fundamentos es unicamente una duda de un niño, despues de todo simplemente tengo 21.
    Cabe destacar que estudio enconomia por lo que toda opinion y ayuda me vendra bien, muchas gracias por leer y tomarse el tiempo a quien lo haga.

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