La expropiación del trabajo ajeno como fuente de riqueza

renta_basicaEl debate sobre la separación del empleo respecto del trabajo sigue estando en el centro explicativo de la crisis. Contemplamos con corpresa como cada día hay menos empleo (trabajo monetariamente remunerado) mientras existe cada vez más trabajo real y potencial (cosas que se hacen y cosas que deben ser hechas en todos los ámbitos de la vida). Que no haya empleo no significa, en absoluto, que no haya trabajo. El empleo sería un subgrupo cada vez menor dentro del vasto universo del trabajo. Por otro lado es necesario señalar que cualquier acumulación genuina de riqueza está basada en la apropiación de los frutos del trabajo realizado por otr@s. Ninguna gran fortuna puede edificarse sobre el trabajo realizado en exclusiva por una sola persona. La fórmula de la riqueza material, por tanto, consistirá necesariamente en controlar la mayor cantidad posible de fuerza laboral (trabajo) a cambio de la menor cantidad posible de remuneración. No es difícil entender que todas las grandes acumulaciones de riqueza de la historia, desde los imponentes faraones egipcios de la antigüedad, hasta las modernas fábricas textiles de Bangladesh o Indonesia en la actualidad, pasando por las enormes plantaciones de algodón de los nacientes Estados Unidos de América, siempre se han basado en el mismo principio de «trabajo forzado». El capitalismo jamás habría conseguido prosperar sin esta mano de obra sub-retribuida o, directamente, no retribuida. Los ejércitos de esclavos han sido, por tanto, el camino más recto hacia la acumulación de riqueza material ya que garantizan la máxima cantidad de trabajo al mínimo coste posible en manos de una sola persona o sociedad empresarial. Existen además, y esto ya quizás no sea tan evidente, otras formas de capturar trabajo útil sin tener que remunerarlo a través de formas invisibilizadas de explotación laboral como puede ser el inmenso caudal de actividad realizado por las mujeres como mano de obra doméstica o campesina. Según Mari Ángeles Durán, si en el estado español hubiera que convertir en empleo a jornada completa las horas dedicadas a trabajo no remunerado, sería necesario crear un mínimo de 26,4 millones de empleos… ¡En un entorno en el que había 18,6 millones de personas ocupadas en el mercado! (EPAIV trim.2009). De ese tiempo de trabajo gratuito, el 83% lo realizan mujeres. Suele olvidarse el hecho de que si las mujeres no desempeñaran estas «tareas del hogar» las empresas no podrían funcionar porque los hombres no tendrían tiempo de «trabajar» cuidando a sus niños y mayores, cocinando, limpiando, barriendo, yendo a comprar comida, etc. Las empresas capitalistas necesitan este trabajo no remunerado para su sostenimiento vital pero no están dispuestas a pagar por el ya que eso haría disminuir drásticamente sus beneficios. Forzar el trabajo de otros (y sobre todo de otras) siempre ha sido una cuestión crucial para los que aspiran seriamente a hacerse ricos y por ello el patriarcado sometió históricamente a la mujer como mano de obra cautiva desde el principio de los tiempos, como bien nos explica Amaia Pérez Orozco o Silvia Federici.

Una falsa solución que el sistema ha inventado para afrontar este problema del mantenimiento y restitución de la fuerza laboral, ha sido lo que ellos mismos han bautizado como «externalización» de los costes laborales que viene a significar en un lenguaje más llano «que otros paguen y mantengan lo que yo disfruto». Desde este punto de vista puede ser una solución más real al problema la exigencia de la ILP por la renta garantizada de ciudadanía. Elemental cuestión de justicia y eficiencia económica que, por otro lado, solo podría ser financiada dentro del actual sistema con una profunda reforma fiscal que hiciera pagar los costes reales de la fuerza laboral a quien realmente la disfruta y la rentabiliza desde el punto de vista monetario.

Todo este debate plantea ante nosotr@s un abanico de cuestiones urgentes que nos exige repensar el mundo del trabajo, sus significados, su distribución y los sistemas de compensación más sostenibles y efectivos para las personas que verdaderamente lo realizan.

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One Comment to “La expropiación del trabajo ajeno como fuente de riqueza”

  1. ¿Cómo llamarle a todo esto si no le llamamos explotación del hombre por el hombre? Lo dejo a la imaginación de cada cual.

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