Nunca habrá salida a la crisis sistémica si partimos de premisas equivocadas e instrumentos de medición averiados para chequear nuestro progreso. Mientras sigamos pensando que el PIB es la unidad de medida de una «buena economía» seguiremos caminando como zombis desnortados por el tablero de la historia. Basta darse cuenta de qué tipos de actividades pueden hacer aumentar nuestro PIB para entender que esa ruta lleva a Occidente hacia un destino completamente equivocado, rumbo a un futuro aún peor que el actual. ¿Qué cosas pueden hacer crecer nuestro PIB?:
– Aumento de las guerras, la violencia y los conflictos armados: Este escenario hará aumentar la facturación por venta de armamento, «sistemas de seguridad», la inversión tecnológica en industria militar y se creará empleo relacionado con ejércitos, policías y fuerzas privadas de vigilancia, control o agresión contra supuestos individuos sospechosos. Reducir los conflictos violentos locales e internacionales implicaría una importante reducción del PIB de los países «desarrollados», mientras que la activación de dichos conflictos se convierte en fuente de crecimiento económico capitalista.
– Aumento del cáncer o el SIDA: Este escenario hará aumentar la venta de todo tipo de pruebas y herramientas diagnósticas, mamografías, tomografías, scáneres, medicamentos específicos, retrovirales, etc. La industria farmacéutica se frota las manos. Reducir los niveles de enfermedad implicaría una importante reducción del PIB de los países «avanzados».
– Aumento de las adicciones y la prostitución legal: Este escenario hará aumentar la facturación de empresas relacionadas con los juegos de azar, industria del alcohol, industrias tabaqueras y todo tipo de negocios destinados a la distribución, venta y consumo de estos productos. Reducir las ludopatías sociales, el tabaquismo, la alcoholemia o la adicción al sexo de pago conllevaría importantes descensos en el PIB mundial.
– Privatización de los servicios de sanidad y educación: Al ser bienes básicos que todos tendremos que seguir consumiendo su trasvase a la economía mercantilizada hará aumentar los niveles de facturación de muchas empresas del sector y la creación de nuevas empresas, aunque eso conlleve un mayor nivel de empobrecimiento y endeudamiento de enormes estratos de la sociedad. Garantizar escuelas y hospitales como bienes públicos y universales conlleva una importante merma de «oportunidades de negocio» para el sector privado que mueve la mayor parte del PIB de los países.
El PIB no nos dice nada sobre cobertura de derechos y necesidades básicas de la población, ni sobre el grado de soberanía política o libertad de los ciudadanos, ni sobre desigualdades obscenas en la distribución de la renta. ¿Tiene sentido que las agresiones a los derechos humanos puntúen de manera positiva en nuestros balances económicos?, ¿Tiene algún sentido seguir midiendo la bondad de un proyecto político en función del PIB?